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Baloncesto

El Alcázar bucea en sus orígenes

Recuperar influencia en los colegios para mantener el volúmen de su factoría, y liquidar la deuda, en torno a los 20.000 euros, objetivos del club en este curso

El Alcázar, cuya naturaleza reposa en labores formativas, sabe que el futuro del club pasa por mimar su ingente cantera. | Javier Coll

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Incrementar, o si acaso recuperar, impacto e influencia dentro del ámbito de los centros educativos del radio mahonés y enjugar de modo definitivo la deuda histórica de la entidad, estabilizada ahora en torno a los 20.000 euros, son las dos premisas a conseguir por el CD Alcázar durante el curso recién arrancado, al margen de las pretensiones deportivas.

La intención del club que preside Paco Franco es consolidar en los próximos meses una plena interacción –la misma que tanto le ha caracterizado en diversos capítulos de sus más de siete decenios de vida– con los colegios locales, paso fundamental para sostener en adelante el ingente volúmen de niños que dan sustancia y motivo de ser a su factoría.

A eso responden los convenios de colaboración suscritos con diferentes colegios, además de tratar de rescatar, más en la perspectiva del curso próximo, el vínculo con el centro San José, históricamente el más proclive a la causa alcazareña, y paradójicamente en las últimas temporadas en órbita del gran rival, La Salle Mahón.

«Sí, es una de nuestras premisas, recuperar presencia en los colegios, algo que siempre nos ha distinguido y que en los últimos años quizá teníamos algo descuidado. Estamos enseñando basket en Mateu Fontirroig, Maria Lluïsa Serra y Sa Graduada, y confíamos, dentro de poco, en volver a tener relación con el colegio San José, la que más nos interesa, también por razones de proximidad», expone el vicepresidente del club, Pito Enseñat.

El Alcázar, que persiste, con veinte equipos en liza durante la presente temporada, como el club más nutrido del circuito insular, entiende que la vía para no perder margen pasa también por la captación de talento y adeptos desde edades tempranas. Un 'modus operandi' que dio paso, en una primera intervención en el colegio Antoni Joan en los años 70, al brote de lo que en plenos 80 se convirtió y afianzó la Escuela del Baloncesto.

Dinero

Por otro lado, el Alcázar, al igual que la mayoría de clubes de la Isla, encuentra en el aspecto económico un inconveniente y un límite para operar o abordar según que proyectos. Los ingresos son escasos, pero ello no será óbice, estiman desde la cúpula rectora, «para que a finales de esta temporada la deuda quede liquidada», detalla Enseñat, en alusión a una cifra que ahora oscila los 20.000 euros –cabe recordar que un cuatrienio atrás, en su instante más complicado, el déficit llegó a rebasar los 100.000.

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