El Pinta B Es Castell se ha erigido en el principal protagonista del verano insular. Y no exclusivamente en términos baloncestísticos o de mercado de fichajes en un ámbito estrictamente deportivo. De hecho, no existe actualmente en la Isla proyecto alguno que, partiendo de la modestia que se le presupone a esta entidad surgida a inicios de siglo (la sección de básquet del Atlético Villacarlos se escinde e independiza de su club embrionario para alumbrar al CB Es Castell del presente a inicios de los 2000), haya generado la dosis de ilusión e impacto que con su actual planteamiento acredita la sociedad que preside Tomeu Vanrell a varias semanas de disfrutar su estreno en Liga EBA, la que será su primera incursión de la historia en categoría de rango estatal –igualmente, para el baloncesto de la población que alberga el primer sol español.
En esa línea, el fichaje del proverbial alero de origen argentino Javier ‘Tuky' Bulfoni, desvelado en exclusiva por este diario en su edición del pasado jueves, y confirmado por el propio club horas después, no ha hecho sino repercutir como la guinda colosal de un colectivo que a medida que ha ido configurando y sumando resortes a su columna vertebral, paralelamente ha incrementado la expectación e interés a su alrededor a un nivel superior.
La renovación de Jan, los fichajes del citado Bulfoni, Eloi Barrasa, ‘Chino' Villalba o del canadiense Zac Overwater, junto con lo que ya había (Carlos Sintes, Adrià Mesa, Adri Pons, Cice Mercadal, Sergi Llufriu...), al margen de lo que aún puede llegar son por otro lado la confirmación de que la ambición es máxima en Es Castell de cara su estreno en el hábitat nacional.