El Hestia Menorca entra en escena por vez primera después de malgastar una franca oportunidad de pelear por la Copa, el primer título de la temporada en el universo LEB Plata, y lo hace en Pamplona, con motivo de la visita que rinde el colectivo que dirige Oriol Pagès al Enerparking Basket Navarra, en el marco de la jornada décimo cuarta, primera de la segunda vuelta en el segmento Este de la liga –Polideportivo Arrosadía, este sábado, 20 horas.
Enterrada la opción de ser finalista del denominado torneo del K.O a raíz de su inesperada derrota en pista del Benicarló, se entiende que para el equipo insular el duelo de esta jornada reúne otros ingredientes además del aritmético, como el de calibrar su capacidad de respuesta luego de encajar desde un punto de vista sustancial su primer gran golpe de la temporada, el poder restablecer sensaciones y una dinámica triunfal que precisamente detuvo tras cinco victorias en el Baix Maestrat, mantenerse en los aledaños del liderato –que ahora ostenta en solitario el Barça, con un partido de ventaja– o por supuesto, empezar a acotar ese margen de crecimiento como equipo al que técnico y plantilla aluden de forma recurrente y dar con una versión de conjunto realmente solvente, sólido, fiable en los partidos clave, y que se enfrasque en el tramo final de la fase regular con plenas garantías de poder pugnar por el ascenso.
Y a priori el Navarra responde por ser un perfil de equipo idóneo para que el Hestia Menorca afiance sus propósitos –o se oriente hacia ellos. Tanto por el precedente de la primera vuelta (87-68 en Maó en el partido que inauguró la temporada, con victoria del cuadro menorquín jugando a medio gas, si bien es cierto que el equipo pamplonés no contó con todos los efectivos que sí estarán esta noche), como por la irregular inercia que ha firmado el Navarra durante la primera mitad de campaña (décimo clasificado, 5-6 de récord)