El base menorquín del Real Madrid, Sergio Llull Melià (1987), santo y seña de la ‘casa blanca’ y uno de sus jugadores más legendarios, termina su contrato con el Real Madrid al finalizar la presente temporada. El de Maó, en reiteradas oportunidades, ha manifestado su intención y deseo de retirarse en el club de la capital, «aunque sea haciendo de utillero, de delegado o de lo que quieran», dijo meses atrás, por lo que se hace casi inviable imaginar a un Madrid sin Llull.
De hecho, en un reportaje que publica el diario Marca, la continuidad de Llull en el roster madridista tras el verano se da por segura, si bien la pandemia de la covid, y la crisis derivada de la misma, obligará a una revisión de sus emolumentos –en esa línea, el medio digital Defensa Central, habla de una propuesta de 1.7 millones de euros por temporada.
En cualquier caso, la altísima fidelidad mostrada por Llull desde que en 2007 llegó al Real Madrid, su calidad, liderazgo y estatus dentro del equipo –a pesar de su lesión de rodilla de 2017, el base continúa siendo una pieza fundamental en los esquemas y estructura de equipo– resultan un conglomerado de argumentos de suficiente peso como para abortar cualquier vacilación en relación a su renovación.