El Hestia Menorca despidió 2021 en condición de local (el año lo cierra en Villarrobledo dentro de seis días) con una victoria incontestable sobre el Mollet (95-64), que aterrizó en la Isla con la estampa de mejor ataque de la competición y que marchó literalmente pulverizado, quedando a cerca de 20 puntos de su promedio habitual (82) y 31 por debajo del equipo insular, que ofreció su versión más compacta y eficiente, estableciendo por extensión su mejor marca del curso 21-22 (95).
Dentro de lo que destacó como una victoria totalmente coral, de equipo, cabe poner de relieve la actuación de Thomas Smalwood (14 puntos, 8 rebotes, 25 de valoración), Ilia Sorokin (13, 8 y 22) y Álex Tamayo (16, 5 y 19), a título individual, los principales rostros de un triunfo que asimismo equivale a abortar cualquier resquicio de racha negativa (a raíz de la derrota contra el Cornellà de cuatro días atrás) y mantiene al conjunto menorquín a dos partidos del liderato del Este. Sin lugar a dudas, el Hestia Menorca se auto concedió el mejor regalo de Navidad.
La primera mitad que desarrolló el equipo insular preludió lo que estaba por devenir; de lo mejor que ha legado en lo recorrido de temporada el grupo de Javi Zamora. De hecho, el Mollet nunca hizo gala de la gran productividad atacante que le acredita como el equipo más anotador de la liga, y apenas resistió con el marcador equilibrado hasta el ecuador del primer cuarto (9-8). A partir de ahí, la primera ruptura en favor menorquín (15-8), que entre la inspiración de Smalwood y la aparición de Marrow se incrementó hasta el 25-10 para liquidar el primer parcial (+15).
El Mollet, incapaz de superar el juego de zonas que articuló Javi Zamora, sufrió también ante la suficiencia local en ataque. El Hestia Menorca alternaba mortíferas transiciones con efectivos estáticos. Gueye, Orel y Alderete aparecieron en ese tramo, pero por encima de ambos, significar la presencia de Tamayo (autor de 12 puntos hasta el intermedio), junto con Smallwood, fundamental desde el primer cuarto el francés, los auténticos puntales de una exhibición que elevó la distancia en el marcador a cotas insospechadas. Gueye hizo un par de canastas para el 29-10; Orel, otras dos para el 38-16; y Tamayo redondeaba la demostración del Hestia Menorca hasta ese entonces, rubricando el 50-25.
En la reanudación, apenas un espejismo de reacción se le advirtió al Mollet, detenido en el 50-32 (0-7 de salida, el parcial catalán). Y no hubo más partido. Cuanto menos, a nivel de marcador, puesto que la sentencia se presumía inalterable. Y así se confirmó. El Mollet, apenas sujetado por la actividad del dominicano Yeikson Montero (12 puntos, pero con discretos porcentajes), volvió a sucumbir al festival de juego y de puntos menorquín, más tras una técnica por protestar señalizada a su banquillo (62-37 a 2:21 de terminar el tercer cuarto, triple mediante de Longarela, luego de la misma). El último cuarto sobró totalmente en cuanto a juego y simplemente repercutió como una continuación del festival navideño del Hestia Menorca (95-64).