La selección española de baloncesto afronta desde este jueves su próximo reto, el Eurobasket 2023, que supondrá una prueba de fuego para un equipo en transición y renovado respecto a las últimas citas que tendrá que sobreponerse a las retiradas de alguno de sus jugadores más emblemáticos y a las lesiones de algunos de sus principales referentes.
El remozado proyecto de Sergio Scariolo no contará con ninguno de los hermanos Gasol, que ya cerraron su ciclo en el equipo nacional, a lo que se suma en esta ocasión la ausencia por lesión de hombres como Ricky Rubio, elegido mejor jugador en el Mundial de China, y los también directores de juego Sergio Llull o Carlos Alocen. A ellos se le suma la ausencia de otro base de la talla de Sergio Rodríguez quien, tras 154 internacionalidades, anunció hace un año su decisión de retirarse de la selección.
Ante ese panorama, la Federación Española de Baloncesto optó en julio por una decisión que generó no pocas críticas, nacionalizar al estadounidense Lorenzo Brown para que lleve los mandos el equipo tanto en los partidos de la gira de verano como en los dos de las ventanas de clasificación para el Mundial y los del Eurobasket que arranca para España el 1 de julio en Tiflis (Georgia).
De la plantilla que ganó el Mundial de China en 2019 solo quedan el veterano Rudy Fernández y los hermanos Hernangómez, por lo que el Eurobasket se presenta como un reto mayúsculo para un grupo renovado que tendrá que trabajar a marchas forzadas para intentar mantener su alto nivel competitivo de los últimos años.
La gira de verano ha tenido altibajos, con tres derrotas -ante Grecia en Atenas y por partida doble ante Lituania en Vilnius y Gran Canaria- y triunfos en Madrid frente al combinado heleno y en los dos partidos de clasificación para el Mundial 2023, ante Islandia en Pamplona y en su visita a Países Bajos.
España debutará el 1 de septiembre en Tiflis frente a Bulgaria y continuará su periplo en la primera fase midiéndose a Georgia, Bélgica, Montenegro y Turquía los días 3, 4, 6 y 7 de septiembre, respectivamente. Si, como todo parece indicar, el equipo español se clasifica entre los cuatro primeros de su grupo, se jugará su futuro en los cruces de la segunda fase, con sede en Berlín, donde los hombres de Sergio Scariolo deberán dar un paso adelante para intentar colarse un año más en la lucha por las medallas.