Jordi ‘Gino' Rovellada asumió su despido con entereza y profesionalidad. «Son cosas que pasan», comentó el entrenador mahonés al ser consultado por este diario acerca de la decisión del club de dejar de contar con él.
El técnico, que se considera «un tío de club y comprometido con el proyecto», indica que en el CB Es Castell, en el futuro, «me tendrán siempre a su disposición, como si es para entrenar a un equipo de minibasket». Rovellada entiende que la dinámica del equipo, enfrascado en una racha de seis derrotas consecutivas y sin ganar en casa desde hace meses, «necesita una vuelta de tuerca; dimos pasos, cortamos jugadores, trajimos a otros, pero en estos últimos dos partidos los resultados no han llegado», revisa.
«Nunca me rindo, pero era consciente, en la dinámica en que estaba el equipo, que debía irme, y ha sido complicado, por mi amistad con el presidente, también para él ha sido difícil», sigue Rovellada, que estará «eternamente agradecido» al CB Es Castell por haberle brindado la oportunidad de disfrutar de «esta experiencia». «Ojalá todos los entrenadores puedan vivir algo así», abunda el técnico en ese sentido.
Rovellada, por otra parte, no esconde su decepción con un sector del vestuario. «Me siento una parte del proyecto y me voy decepcionado sobre todo con la actitud de los jugadores; su egoísmo ha impedido que las cosas fueran bien».
Y por último, el ya exentrenador del Pinta B Es Castell desea «suerte» al equipo, pues «lo importante es conseguir salvar la categoría, por el club y por el básquet menorquín».