¿Ha llegado la hora de Tom Digbeu? Es una de las incógnitas, a la par que expectativa, que planean sobre el Hestia Menorca, una vez la última actuación del equipo previo al parón motivado por la final de Copa, que fue el triunfo sobre el Alimerka Oviedo de hace diez días, contextualizó el mejor rendimiento que el alero francoespañol ha ofrecido desde que hace un par de meses aterrizó en la Isla.
Una vez el Hestia Menorca se adentra en la segunda vuelta liguera, secuencia de la temporada en la que el margen de error se irá reduciendo de modo paulatino, Javi Zamora precisará de poder recurrir a todo su arsenal y al mayor número posible de efectivos, y al respecto, el crecimiento de Digbeu, tanto en lo individual como en lo grupal, puede ser una de las claves que conduzcan al equipo menorquín hacia la consecución de su objetivo.
Tom Digbeu (Barcelona, 2001) se comprometió con el Hestia Menorca a finales del pasado mes de noviembre, a raíz de un acuerdo de cesión entre el club que preside Oriol Segura y el Dreamland Gran Canaria, club de ACB al que pertenece el jugador francoespañol.
El alero, hijo del exinternacional por Francia, Alain Digbeu, y formado en la cantera del FC Barcelona, debutó con la elástica del equipo menorquín el pasado 3 de diciembre de 2023, en la derrota contra el HLA Alicante (57-76), por lo que su incursión en el colectivo que dirige Javi Zamora coincidió con el peor momento del equipo, en tanto que aquel tropiezo significó su sexta derrota consecutiva, lo que asimismo estableció la peor racha del club en la liga.
Dos puntos, dos rebotes y dos pérdidas de balón, en trece minutos en pista, fueron los registros que ofreció Digbeu en un estreno ante los de la Costa Blanca que, por razones obvias y dadas las circunstancias del momento, no fue el más halagüeño.
En la jornada posterior (duodécima), en que el Menorca logró romper su mala dinámica, al derrotar al Alimerka Oviedo en la capital astur (78-84), Digbeu jugó su segundo partido (cinco minutos, con poco protagonismo, sumando un punto). A partir de ahí, unas molestias en su rodilla, que aconsejaron frenar el ritmo de entrenamientos y partidos, y probablemente también, en alguna jornada, por decisión técnica, motivaron que Digbeu amontonara cuatro fechas de liga consecutivas sin jugar.
Su reaparición ocurrió el 14 de enero, en la jornada 17, por lo que Digbeu tomó parte en la que fue la segunda victoria del Hestia Menorca en calidad de visitante, en pista del Baloncesto Fuenlabrada (75-81), ante el que hizo dos puntos en casi nueve minutos en pista.
Una semana después, de nuevo ante el Alimerka Oviedo, en esta ocasión en Maó, y en el último partido que hasta la fecha ha disputado el equipo menorquín (jornada 18), Digbeu firmó su mejor actuación desde su venida a Maó, al convertir 9 puntos, capturar 4 rebotes, dar dos asistencias y alcanzar una valoración de 16 créditos en 19 minutos en cancha, en el triunfo por 90-74.
Al margen de sus cifras, la rapidez y capacidad atlética de la que esta haciendo gala el jugador de origen francés (prácticamente una versión mejorada del tremendo portento físico que en ese sentido ya fue su padre, exjugador de Barça, Madrid, Joventut, Alicante, Pallacanestro Varese y Fortitudo Bolonia, entre otros conjuntos), como también su disposición para desenvolverse en diferentes posiciones y situaciones en la pista (siempre en el flanco exterior), además de la ambición y afán que destila en todo balón y acción del juego, y su cada vez mayor compenetración con sus compañeros y aclimatación a la Isla, dan a entender que debemos encontrarnos en el preámbulo del mejor Tom Digbeu que pueda deparar esta temporada (3.5 puntos, 1.3 rebotes y 4.3 de nota, en más de once minutos por cita, sus promedios en la Isla hasta el momento).
En ese sentido, la salida de Jacob Grandison, una vez terminó su contrato de tres meses y el club desestimó prorrogarlo, fundamentalmente por motivos económicos, debe contribuir a que Digbeu incremente su minutaje, ascendencia e impacto dentro de la propuesta del Hestia Menorca. No en vano, en el club esperan a que entre Eric Demers, cada vez más integrado y con mayor influencia en el juego del equipo desde su reaparición tras un par de meses lesionado, Álex Tamayo (al que Digbeu ya parece haber sobrepasado en la rotación del equipo), Pol Molins en momentos concretos, y por supuesto, el propio Tom Digbeu, la posición de ‘2' quedará perfectamente cubierta para afrontar la segunda mitad de temporada y poder consumar el reto de lograr la permanencia.
Evolución
Sin lugar a dudas, la evolución de Digbeu, especialmente una vez remitieron sus problemas de rodilla, es incuestionable, y en función de su juventud, es obvio que se trata de un jugador al que se presume margen de progresión y de crecimiento, de ahí que también el Gran Canaria optara por articular su cesión al club menorquín y confiara en la labor al respecto de Javi Zamora, con el propósito de que Digbeu eclosione en la Isla.
Ahora, en Bintalfa esperan que todo cuaje y el tramo de liga que resta realmente enmarque la mejor versión de Tom Digbeu. Puesto que si la llegada del soberbio pívot serbio Oliver Stevic valió para generar una metamorfosis radical en el juego interior y por extensión, en el de todo el equipo, desde el exterior, una de las claves de la salvación apunta a la figura del alero francoespañol. La hora de Tom Digbeu.
El apunte
El Menorca reemprende la liga en Ourense
El Hestia Menorca reemprende este fin de semana la acción, con motivo de la jornada 19 de LEB Oro, en la que visita al CB Ourense, en partido que tendrá lugar el sábado, día 3 de febrero, a partir de las 19.00 horas.
El equipo que entrena el leonés Félix Alonso, exentrenador del Jovent de Alaior (entre 2008 y 2010) es noveno clasificado (9-9), siendo por tanto el equipo que cierra la zona de playoff. Además, y tras sortear momentos delicados (como un amago de dimisión del técnico y una serie de duras derrotas), el Ourense recibirá al Hestia Menorca después de haber ganado sus últimos dos partidos (a Valladolid y Melilla).