Cuando la temporada llega a su fin, los jugadores buscan esa ansiada desconexión de la competición para recargar pilas y volver a la rutina con la energía restablecida. Sin embargo, en el caso de Arnau Calsapeu Codina (Sant Lluís, 2002) eso solo se consigue a través de más baloncesto.
El técnico insular, que lleva tres cursos integrado en la estructura del FC Barcelona en calidad de ayudante y entrenador, se ha estrenado este mismo verano como director técnico del campus «Bé d’Aquí, Bé de Bàsquet», el cual organiza principalmente y de manera conjunta con los jugadores profesionales Álex Suárez y Agustí Sans, además del preparador físico Pau Sintes. Pero esa no ha sido la única aventura que ha tenido este año.
«Hace ya varios veranos que mi forma de trabajar y de estar en activo es participando en campus», arranca Calsapeu. «Si puedo hacerlos fuera de España, para poder viajar, conocer otras culturas y ver mundo en general, pues lo prefiero. Además, en mi caso me vienen bien para trabajar con jugadores de todo tipo», aclara.
Inicios en los Balcanes
Este ha sido el primer año desde que entrara en la academia del Barça en el que no se ha desplazado hasta Serbia, donde llevaba tres veranos formando parte del equipo de Yubac Camp, un campus radicado en las localidades de Kopaonik y Bajina Bašta.
A este celebrado en las localidades balcánicas asistía en calidad de entrenador ‘invitado’. «Iba como acompañante de 16 jugadores españoles que participaban allí para poder vivir la experiencia de ser entrenados por técnicos serbios y vivir dos semanas de baloncesto en Serbia», explica. «Era un trabajo de un montón de horas de jugadores en pista y de intentar perfeccionar muchos gestos individuales con entrenadores que tenían mucho conocimiento», asegura.
Y es que dichos preparadores tienen una metodología muy clara, ya que «intentan que los jugadores crezcan centrándose únicamente en técnica individual, la cual se trabaja a partir de la repetición y correciones específicas», explica sobre la metodología balcánica.
Proyectado por el Barça
Este año, Aristóteles Mercadal, el que fuera director de cantera del CB Es Castell y ahora ocupe el mismo cargo en el San Pablo Burgos de ACB, ocupó su lugar porque Calsapeu tenía un nuevo destino: Brasil. El mensaje por redes sociales de NRB Camp, una organización carioca que se había fijado en él al ver su nombre en el organigrama del Barça en la web azulgrana, le hizo cambiar de planes y probar el invierno brasileño.
«Primero me ofrecieron ir en enero, que es su verano, pero no podía porque estaba en plena competición. Estuvimos hablando y al final pude ir al segundo turno en julio. Coincidía en fechas con el serbio, pero tenía ganas de probarlo», expresa. En un resort deportivo a dos horas de São Paulo y con un excelente grupo logístico en el que se integraban medallistas olímpicos y exjugadores NBA, el joven lluïser aportó su toque diferencial.
«A nivel cultural, fue muy chulo ver cómo los entrenadores y jugadores eran tan agradecidos. Sí que es cierto que el nivel general de baloncesto brasileño es bastante más bajo del que tenemos aquí, pero es gente muy apasionada, con interés en mejorar, humildes y muy respetuosos», apunta. De ahí que notase alguna diferencia a lo que estaba acostumbrado en Serbia. «La mayor virtud de todos los jugadores serbios es la disciplina. La autoexigencia ya la traen de casa. El ambiente de baloncesto que se respira allí es muy guay, pero están viendo que necesitan evolucionar e ir un poco más allá», considera sobre la metodología del antiguo país yugoslavo.
Aventura en Polonia
En otro viaje anterior en junio, Calsapeu ya había tocado el Atlántico justo antes de ir a Brasil. Lo hizo durante el Campus Javi Beirán de Tenerife a lo largo de una semana, pero aún le quedaba visitar el centro de Europa.
Esta vez sería en el Basket CAMP de Wałcz, una localidad polaca a tres horas en coche de Berlín. «Es el campus de referencia allí: son 24 horas de baloncesto y se entrenan 6 horas cada día. Tiene más de 15 años de historia y están activos todo el verano con más de 70 jugadores por semana», comenta.
En una visita a La Masia, su director conoció a Calsapeu y se quedó con su nombre para más adelante contar con él en el campus. Lo que no se pudo dar en 2024, tal y como estaba previsto, se acabó dando este año para cerrar un verano de puro baloncesto internacional.