El nuevo Sa Tintina Es Castell da comienzo este sábado (17.30h) ante el CB Granolles a su sexta temporada —se dice pronto— como equipo de Tercera FEB en el siempre competitivo grupo catalán, más concretamente en el C-B.
Después de una pretemporada de nivel con un duelo ante el Hestia Menorca —equipo al que vuelve estar unido mediante un acuerdo de vinculación— y ante el resto de equipos baleares de Tercera FEB, el conjunto de Raúl Jodra ha entrenado a fondo en las cuatro sesiones de la última semana antes del debut. «Es un primer partido en casa con toda nuestra afición, con mucho público, con muchas ganas de pasarlo bien y de poder conseguir la primera victoria», asegura el preparador catalán, cuya única duda es el estado físico del joven base melillense Víctor Fernández.
‘Jóvenes experimentados’
Los referentes del vestuario gualdinegro son dos jugadores más que contrastados en el baloncesto insular y, pese a seguir en la flor de la vida, ya están convertidos en unos auténticos veteranos: Xavi Hernández y Sergi Llufriu (Maó, 1995).
«Aunque todavía somos jóvenes, que solo tenemos treinta años, nos gusta sentirnos como esos modelos a seguir, aquellos encargados de aportar ese temperamento en la pista y ayudar al resto de jóvenes y nuevos jugadores a quitarse ese nerviosismo. Estamos encantados con este reto», expresa Llufriu entre risas.
El capitán de Es Castell valora de manera muy positiva la «pasión» y «energía» que transmite el nuevo míster. «Si ve un error, no tiene problema en parar y decir ‘oye, esto lo quiero así’», explica. Así nace ese característico estilo de juego basado en el ritmo alto y correr la pista.
Para ello, el propio Llufriu se ha tenido que preparar a fondo este verano para llegar en un estado de forma inmejorable a la pretemporada. «Que venga un entrenador nuevo implica volver a luchar por tener su aprobación. Tenía claro que este verano tenía que ponerme en forma, ya que el año pasado empecé en un mal estado de forma física. Me he estado entrenando como un animal, cuidando al máximo la alimentación y machacándome en el gimnasio», asegura.
Regresar a su nueva casa
Después de cumplir su sueño de estudiar en Estados Unidos, Guillem Garcia (Barcelona, 2004) «buscaba un cambio» que le llenara y le aportara todo aquello que la experiencia americana ya no le podía otorgar.
Mientras completa sus estudios de Física a distancia en la misma universidad de South Dakota Mines, su gran prioridad —pese a la diferencia horaria de 8 horas—, el talentoso alero continúa disfrutando del baloncesto de la mano de un entrenador que le conoce bien de las categorías inferiores catalanas y de un grupo de chavales que le hace sentir a gusto. «La gente ha sido un factor diferencial para venir a Es Castell», asegura, encantado de compartir piso y vivencias con dos compañeros como Josep Gascón y Rafa Gómez.
El hecho de jugar cada dos semanas en Catalunya, cerca de su hogar, también ha influido en la decisión. Por lo pronto, sus padres estarán en el estreno en casa. «En mi ambición personal también entraba el hecho de probarme y saber en qué punto estaba. No venía con miedo, pero sí con respeto porque sabía que el nivel de la liga era muy alto y debía apretar para hacerlo bien. De momento estoy muy contento con mi nivel y el de mis compañeros», señala.
Un proyecto seductor
Las circunstancias de Garcia son bastante diferentes a las de un Martí Corbera (Sabadell, 2004) que llega en calidad de vinculado con el Hestia Menorca, una condición que ha sido clave para su llegada a la Isla por la cantidad de ofertas que tenía encima de la mesa de equipos teóricamente superiores.
«El CB Es Castell me llamó antes de que ficharan a Jodra y ya lo contemplaba como una opción. Al cabo de unas semanas me volvieron a llamar y ya me presentaron el proyecto con Jodra y la vinculación con el Hestia. Me acabé decidiendo porque es un proyecto muy ambicioso», confiesa sobre una oferta de la que ya formaba parte un entrenador con el que ha compartido la última temporada en el Sese.
Aparte de las condiciones deportivas, el factor humano que también destacaba Garcia ha acabado por convencer a un Corbera agradecido a todos aquellos que le han acogido como uno más desde el día uno. «Desde que llegué, todos me han acogido muy bien, con una sonrisa en la cara a cara. Al final, ese buen rollo se acaba contagiando a todo el equipo. Es muy importante que haya ese buen ambiente fuera de la pista para que las cosas también vayan bien dentro», indica.
Aparte de sus entrenamientos en la Zona Esportiva Sergio Llull, Corbera también debe cumplir con sus obligaciones con el Hestia Menorca en un acuerdo de vinculación que experimenta junto a su compañero Víctor Fernández. «Hay una diferencia de nivel y ritmo muy notoria. No se trata de estar más o menos concentrado, porque al final debes prestar la máxima atención en ambos equipos, pero sí que al mínimo fallo de concentración ya se nota mucho más. Pero bueno, es una oportunidad para Víctor y para mí de continuar creciendo y aprender de unos jugadores que ya son completamente profesionales», asevera.
Tanto Llufriu como Garcia y Corbera coinciden en que una victoria frente al Granollers sería la mejor forma de empezar. «Debemos tener los pies en la tierra y centrarnos en hacer las cosas bien y jugar como nuestro entrenador quiere. A todos los jugadores nos hace ilusión estar luchando por esos objetivos a final de temporada, pero el objetivo principal es seguir subiendo el nivel del club, que considero que ya es una de las entidades referente de la liga catalana en Tercera FEB. Hay que seguir creciendo», sentencia Llufriu. Palabra de capitán.