«Açò és molt serio. Es un dia molt especial per jo». Esas dos frases fueron las que más veces salieron de la boca del campeón del mundo de ciclismo en pista, Albert Torres, al que ayer su Ciutadella natal llevó en volandas desde que puso un pie en el muelle comercial de Son Blanc, poco después de las 11 horas de la mañana, procedente de Palma de Mallorca, donde el día anterior Balears ya le había rendido su homenaje en el velódromo Palma Arena.
El flamante campeón del mundo ciutadellenc recibió un emotivo y cálido reconocimiento, promovido por la familia Torres Barceló y el propio ayuntamiento de Ciutadella. Fue un merecido tributo a cargo del amigo, vecino o paisano que ya se inició en Son Blanc, cuando Torres, acompañado de su pareja, Mar Bonnín, y de su madre, Nina Barceló, fue recibido como se merece un campeón.
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