El Sporting Mahonés ha finiquitado esta semana la temporada de forma oficial, con la celebración del último entrenamiento y la cena de despedida, para ponerse a trabajar cuanto antes en la próxima, en la que las líneas del equipo serán la austeridad y la nutrida representación de jugadores de la Isla.
Tras firmar la permanencia en la última jornada en Gandía, el equipo realizó el pasado martes la última sesión de entrenamiento en el Municipal y el miércoles, los miembros de la plantilla, cuerpo técnico y junta directiva se reunieron a manteles en una cena que sirvió para despedir esta sufrida pero finalmente, feliz temporada, al lograr la continuidad en la categoría por segundo año consecutivo.
El lugar escogido fue el puerto de Maó, y más concretamente, el restaurante Club Marítimo de Mahón. Algunos jugadores iniciaron ayer el viaje de regreso a sus respectivas casas, y los que no lo han hecho aún, abandonarán en breve la Isla para empezar sus vacaciones.
Dos jugadores con contrato
Una vez cerrado el pasado ejercicio, es tiempo de analizar y empezar a trabajar en la próxima temporada, donde habrá que adecuar la realidad y las posibilidades del club, a su tercer proyecto consecutivo en Segunda División B.
En las próximas semanas, y tras unos días donde la dirección deportiva deberá analizar lo que ha dado de sí esta temporada, se iniciarán las negociaciones para la renovación, bajas y altas de jugadores, así como las del cuerpo técnico. Precisamente ese es el primer punto que quiere dejar zanjado el presidente, Paco Segarra, algo que podría quedar solucionar en los próximas días, tras la conversación que debe mantener con Joan Esteva.
Por lo que respecta a la plantilla, los únicos jugadores que tienen contrato en vigor para el próximo curso son Dani Camacho y Toni Corbella, por lo que la directiva tendrá total impunidad a la hora de hacer limpieza en el vestuario o renovar sólo a los jugadores que interesen.