Todavía es pronto para encender cualquier tipo de alarma, pero no está de más ser precavido. El CE Alaior logró el pasado fin de semana sumar un punto en su visita al Santanyí (1-1) al anotar Juli un penalti en el descuento. El tanto supuso un pequeño paso en un camino hacia la permanencia que se prevé largo y que puede ser mucho más complicado en función de los resultados que se den en el grupo III de Segunda B, donde cuatro exafiliados del grupo 11 de Tercera campean con diferente éxito.
La realidad estadística del Alaior es que, con un partido menos, sólo ha sido capaz de sumar dos puntos en las primeras seis jornadas. Escaso bagaje que le sitúa en la decimonovena posición, empatado con el Alcúdia (18º). En condiciones normales, el grupo Balear de Tercera, de 20 conjuntos, contaría con las tres últimas plazas destinadas a descender a Regional. Pero esta temporada, al haber cuatro representantes de las islas en Segunda B, las cosas se pueden complicar mucho y el límite de referencia para la permanencia puede escalar bastantes escalones.
En caso de que los cuatro de 2ªB bajaran y ninguno de Tercera ascendiera, en total serían siete los equipos que perderían su categoría. Esta situación es hipotética por varias razones. La primera es que la competición prácticamente acaba de empezar y otra es que, a priori, el Atlético Baleares está colocado como un aspirante claro al ascenso. El Manacor, por contra, navega en una situación similar a la del Alaior, en un inicio que le está costando en su regreso a la categoría de bronce del fútbol español.
Otra situación que podría beneficiar a los equipos que pierdan la categoría, como le sucedió al propio Alaior este verano es que alguno del grupo 11 ascienda por lo que los equipos que pierdan la categoría podrían recibir una 'segunda oportunidad' como le sucedió a los albinegros.