Un mal partido suele tener por recompensa un mal resultado y ningún punto por recompensa. Lo aprendió ayer un Atlético Villacarlos que no estuvo en ningún momento metido en el duelo contra el Sant Jordi. Ya lo avisaba su entrenador José Luis Bahamonde, más nervioso de lo normal en el banquillo. "Ninguno está concentrado", comentaba con su segundo, Justo Fuentes. Un golazo de córner directo en un fallo de Marc y una concesión en defensa en el segundo tiempo lapidaron a un conjunto amarillo ante un rival que empañó el partido con una agresión del portero Joshua a Juli a pocos minutos del final.
Los nervios en el inicio los pusieron los locales, que tenían iniciativa en ataque aunque cierta parsimonia en defensa. Pases imprecisos en el borde del área y otros fallos de libro fueron el antecedente del 0-1. Córner directo que bota Aitor y Marc, que segundos antes había despejado perfectamente un disparo de falta, no acierta.
El gol acentuó más si cabe los nervios amarillos. El juego en el centro del campo era inexistente, los centrales abusaban del balón directo a Rubén, que en pocas ocasiones le ganaba la partida a la defensa verde. En el minuto 24, Carbonell, a instancias de su juez de línea, anuló el empate obra de Jaume Maria tras un pase largo de Lupón. Poco más hasta el descanso.
Edu entró por Mora en el segundo tiempo y se inventó una buena jugada que Migue no pudo completar por la buena labor defensiva del Sant Jordi. Al cuarto de hora, Feli probó fortuna desde lejos aunque salió desviado.
Sin merecerlo, el Sant Jordi logró el definitivo 0-2 en una galopada de Touré a falló de Sergi (63').
El Villacarlos lo intentó aunque no tuvo suerte. A poco para el final, con los ánimos ya encendidos, Joshua le pegó un puñetazo en la cabeza y por la espalda a Juli que le costó la expulsión y propició una tangana que no fue a mayores.