El Menorca divaga sin identidad. El equipo azulgrana que protagonizó un gran arranque liguero ha perdido la personalidad que le llevó a codearse en los puestos altos y sumó ayer la segunda derrota consecutiva en Maó ante un Gavà que no mereció tanto premio en un mal partido donde algunos jugadores rindieron por debajo de lo deseado y en el que Lluís Vidal planteó la posibilidad de dimitir tras el duelo, en una "decisión meditada desde hacer dos o tres semanas", que luego descartó. Y eso que el Menorca todavía tiene margen con respecto al descenso.
Fue un partido monótono, en una primera parte soporífera tacaña en ocasiones y lejos del nivel que se presupone para División de Honor. Pero todo pudo cambiar si en el primer minuto Camps engancha un centro de Xiscu por la izquierda. Vidal sacó del once a Villalonga, corrió a Farrando al lateral y dio la alternativa a Sergi Ametller en el centro de la zaga. El ritmo fue lento en el tramo inicial, con pocas acciones destacables a excepción de una volea del visitante Xavier.
Los centrales de los dos bandos se mostraron infranqueables y las únicas vías por donde los dos equipos encontraban la mínima luz era por las bandas. En el 34, un pase en largo a Urbina acaba en un centro en el que Camps se relaja con todo a favor y el central Luca lo desestabiliza para que remate fuera. Poco después, era Xiscu el que probaba fortuna con un remate manso que detuvo Roger.
El mejor de la primera parte fue el lateral Sabater, que sacó el balón controlado y protagonizó algunas galopadas por la izquierda que preocuparon a un Gavà que se pudo adelantar con un chut alto de Pol y una internada de Marc, que dejó atrás a cuatro rivales y cruzó demasiado su disparo.
Tras el pase por vestuarios, Vidal dio entrada a Sansaloni por Izan, lo colocó en la derecha y reubicó a Luis Martínez en el centro. En el 52, Xiscu remató de cabeza alto cuando solo tenía que empujarla. En el 57, Urbina marró una oportunidad clara y dos minutos después fue Tóful, que acababa de entrar por Camps, el que disparó y Roger protagonizó un paradón. Fueron los mejores minutos del Menorca y del partido. Urbina, en un chut de primeras, recibió otro paradón de Roger, en el 61, antes de que el partido se detuviera en el 62 al chocar el colegiado con Rubén y quedar tendido.
Se recuperó el colegiado y en el 67, Roger volvió a salvar a los suyos con una intervención felina a remate de Tóful desde el suelo.
El partido, entonces, cambió como una racha de viento imprevista. En el 76, los centrales del Menorca dejaron solo a López, que prolongó un balón que venía desde la derecha y dejó a Llamas solo para que batiera a Barber.
Reaccionó el Menorca con un disparo de Xiscu que fue al larguero y cuyo rebote coqueteó con la línea de gol. El linier no señaló nada y Bermúdez detuvo el partido. La sorpresa fue mayúscula en el campo, nadie entendía porqué del pitido que frenaba una clara ocasión de gol local. Al final, el árbitro dio el balón al portero ante las quejas del público.
El Menorca se volcó, Roger firmó su enésimo paradón en una doble ocasión a tiro de Urbina y Biel, pero fue el Gavà el que marcó, en el 96, con un zapatazo desde 40 metros que sorprendió a todos.