La Federación de Fútbol de Baleares ha acordado paralizar todo el fútbol base y aficionado programado entre los días 20 y 22 de febrero «en protesta por diversas medidas adoptadas por la administración central, que ponen claramente en peligro la supervivencia del sector», se afirma en un comunicado.
Las medidas con las que el fútbol base y aficionado de Baleares está «totalmente en desacuerdo» son la obligación que tendrán todos los clubes y asociaciones deportivos de fútbol base y aficionados, sin ánimo de lucro, de realizar la contratación laboral y dar de alta en el régimen general de la seguridad social a todas las personas que colaboren con dichas entidades, entre ellos, monitores, entrenadores, delegados, jugadores y demás colaboradores.
El ente territorial balear, presidido por Miguel Bestard, menciona también «el riesgo de posibles responsabilidades personales para los miembros de las juntas directivas de las asociaciones deportivas, frente a la Seguridad Social y la Agencia Tributaria», y la obligación de los clubes y entidades deportivas sin ánimo de lucro de tener que presentar el Impuesto de Sociedades.
Asimismo, el fútbol base y aficionado de Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera expresa su rechazo «al reparto de los fondos procedentes de la quiniela y la exigencia de reintegro de subvenciones para obras de fútbol aficionado por el Consejo Superior de Deportes (CSD) a la Federación Española de Fútbol del ejercicio 2010 y revisión justificativa de 2011, 2012 y 2013».
El fútbol balear se opone, asimismo, a «la comercialización centralizada de los derechos audiovisuales de las competiciones profesionales», ya que no está de acuerdo con el reparto que se está proyectando para el fútbol aficionado por parte del CSD y la LFP.
Solo quedan excluidos del paro los equipos de categoría nacional y las competiciones afectadas de viajes interislas, señala la Federación Balear de Fútbol, debido a que ya tenían contratados los desplazamientos en avión o en barco.