Un fin de semana sin fútbol. A excepción de en la competiciones de carácter interinsular (Tercera División y Liga Femenina; en Liga Nacional Juvenil no se juega con motivo del Campeonato de España Autonómico), las Illes Balears serán un enclave sin actividad balompédica alguna en las próximas 48 horas en virtud del parón promovido por la FFIB en rechazo a la polémica Ley de Emprendedores, de respaldo masivo de los clubes, y al que han deslizado un guiño otras federaciones deportivas como la de baloncesto, que también se están planteando la opción de auspiciar una detención.
Es la realidad en que reside la Isla y la Comunitat -también otras localizaciones del Estado-, en cuyo escenario deportivo prevalece la incertidumbre, incluso un cierto temor ante lo que pueda devenir. No en vano, en el día posterior a la reunión que los clubes mantuvieron en la noche del jueves en Los Pinos, varios dirigentes presentes en la misma admitieron que «el asunto de los parones puede prolongarse durante más jornadas», además de no vacilar de que la coyuntura «va para largo».
«Esperamos una reacción del Gobierno, ahora toca una margen de espera, a ver como se desarrollan los acontecimientos, pero si tenemos que seguir igual, lo haremos, iremos hacia adelante con nuestra protesta», indica Mingo Martí, presidente del Ferreries, que considera además «inaceptable» uno de los puntos que contempla la controvertida ley, el que refiere a que los directivos deben avalar con su propio patrimonio «como si el club fuera una empresa al uso». En ese orden, Martí -que cuenta con el respaldo de su masa social respecto al parón- no duda de que «si la ley avanza, dimitiré. No amo tanto al pueblo como para poner en juego mi casa».
En un sentido cercano se sitúa el presidente del Sporting de Mahón, Fernando Osuna. «En un club de Regional nadie gana dinero, al contrario, siempre te cuesta, por lo que si el Gobierno no hace nada, los clubes no podremos seguir. Hemos hecho números, y dar de alta a todo el mundo supondría unos 30 mil euros más de gasto, sin olvidarnos del impuesto de sociedades, el IVA de la taquillas, una gestoría que nos lleve todo el tema...», reflexiona el mandatario blanquiazul. Desde el Sant Lluís, por su parte, aluden a un incremento del presupuesto en torno a los «50 mil euros».
Por otro lado, la motivación a realizar el parón y a reclamar un régimen especial para el deporte modesto ha encontrado comprensión en la mayoría de estractos de la sociedad, «pero no en los niños», arguye José Saavedra, presidente de la Unión, sobre uno de los grupos más afectados. «Se lo explicamos y no lo entienden. Son de los grandes perjudicados al quedarse sin jugar, pero este parón también es por ellos, para salvaguardar a los clubes en el que jugarán el día de mañana», apostilla el presidente unionista. Días sin fútbol en la Isla.