Lluís Vidal dispuso de salida un 4-4-2 para frenar la embestida inicial de los locales, que llegaban a la cita en clara línea ascendente y desbocados de cara a gol.
El Mercadal, ayer totalmente de amarillo, salió con la lección bien aprendida, con las líneas juntas para no dejar espacios y esperando una acción a la contra para sorprender en ataque. Los menorquines blindaron la zona interior y obligaron al rival a jugar por fuera, creando peligro sólo con dos disparos de Nico y Mairata desde la larga distancia. Respondió Robert con un disparo a bote pronto a la salida de un córner, antes de que Jaume perdonara en dos ocasiones. Los de Nico López aprovecharon la ausencia de Pepo para atacar una y otra vez esa banda, estrellando Jaume un balón en el palo y acto seguido obligando a Jesús a emplearse a fondo.
El trabajo en defensa fue notable a la espera de una genialidad de Elliot y Chris en el área contraria pero tras una nueva internada por la derecha, a cinco minutos del descanso, esta vez Jaume sí que acertó a batir a Jesús.
El tanto dibujó un nuevo escenario tras el paso por los vestuarios. El Llosetense cedió el balón a los menorquines, que trataron de percutir en su entramado defensivo. La falta de éxito llevó a Vidal a mover el banquillo y buscar un revulsivo –David Mas– que alterara el ritmo de juego y diera sus frutos en ataque. Entre medias, el conjunto de Nico López recuperó el control del esférico, con la firme intención de resolver el envite. El resultado mantuvo a los visitantes dentro del partido, disfrutando Chris, en el minuto 75, de una acción que puso en alerta a Mingo aunque su disparo salió algo desviado. El empuje de los de Sant Martí fue constante hasta el final aunque sin golpear sobre la meta de Mingo. Ese final que demandaba el resultado en forma de ataque a la desesperada también lo pudo aprovechar Plata pero se encontró con Jesús.