El entrenador del Santa Catalina de Tercera División, el ferreriense Llorenç Enrich, puso este viernes el cargo a disposición de la junta directiva que preside Lluc Colom de manera irrevocable, tras mantener una reunión con la plantilla y realizar el último entrenamiento en el municipal de Son Flo.
El técnico menorquín manifestó a «Es Diari» que la toma de una decisión tan radical respondía a un acto de «honestidad conmigo mismo» tras detectar que se había producido un «distanciamiento» y se había perdido la confianza del vestuario y de la directiva.
Enrich, que cumplía su cuarta temporada en el club palmesano -las dos primeras como segundo entrenador- considera que «el equipo a nivel deportivo ha cumplido el objetivo en todo momento. El objetivo es la permanencia y en ningún momento se han ocupado plazas de descenso».
El Santa Catalina, al término de la primera vuelta, ocupa el puesto decimosexto con 19 puntos, «los mismos que logramos la temporada pasada». La reflexión de Enrich va encaminada a creer que «tras la gran segunda vuelta que hicimos -el equipo sumó 41 puntos-, las expectativas por luchar por cotas más altas se ha incrementado, la gente se ha frustrado al competir por no bajar y ha aflorado los nervios». Enrich recuerda que el último «mes y medio he tenido que gestionar una plantilla muy corta», tras acumular diez bajas y cuatro lesiones de larga duración.
El entrenador de Ferreries, en cualquier caso, asume «mi responsabilidad al no haber sabido entender quizá la situación» y ante el alejamiento de las partes implicadas «prefiero dar un paso al costado, que entre aire fresco y renueve la situación». Para Llorenç Enrich la decisión «no ha sido fácil», pero áun «hay tiempo para remontar la situación». El técnico lamenta no poderse enfrentar al Mercadal el domingo 7.