Jornada de cumbre y depresión, desde una óptica estrictamente menorquina, la de este fin de semana en Liga Nacional Juvenil, la 32 y antepenúltima de competición, puesto que recoge la segunda oportunidad del Atlético Villacarlos para certificar el primer ascenso de su historia a División de Honor –marró la primera el pasado jueves al caer derrotado en su visita al Atlètic Balears, 2-1–, y por otro lado, la necesidad de victoria de Menorca y Penya Ciutadella, en ambos casos acuciante dada la tensa situación de los dos en la clasificación.
El Villacarlos malgastó en Son Malferit dos días atrás la primera ocasión de culminar la tremenda escalada que ha sido su colosal temporada. Mañana, al resguardo de su hinchada, no debe haber más margen para el error. El Constància, sexto clasificado, y cuya ambición encuentra por límite la pelea por la cuarta plaza, es el escollo a burlar por los pupilos de Lluís Vidal para conseguir el tan perseguido éxito y por extensión, redactar el capítulo más exuberante en la vida del deporte en Es Castell. Y puede que algo más. Al igual que en la fecha liguera previa, el triunfo otorga matemáticamente el objetivo al Villacarlos. El empate o la derrota –con la que esta vez incluso no se descartaría el alirón– obligan a mirar al Balears, que se enfrenta al líder Mallorca, y hasta el Cide –que aunque de forma muy, muy remota, aún conserva opciones–, que se desplaza a Manacor.
Permanencia
Por otra parte, el protagonismo menorquín de esta jornada empieza este sábado, con la visita del Penya al Platges de Calvià. Los de Ciutadella deben vencer para prolongar sus posibilidades de salvación –meta que localizan a tres puntos con 9 por jugar–, que asimismo dependen de atrapar al Menorca, el cual tras un empate y cuatro derrotas en sus últimas cinco intervenciones se ha complicado de manera evidente su plaza en este tramo final. Mañana juega en feudo del Rafal, ya salvado, y todo lo que no sea sumar significará para los azulgrana incrementar su margen de riesgo.