Hasta tres partidos de sanción es a lo que se expone el delantero del FC Barcelona Robert Lewandowski tras ser expulsado en el encuentro ante Osasuna disputado este martes en El Sadar. El delantero polaco dejó a su equipo con diez jugadores tras ver una segunda amarilla a la media hora de juego, pero su acción podría implicar un castigo mayor tras los gestos que realizó en alusión al árbitro cuando se retiraba del campo y que fueron recogidos por Gil Manzano en el acta.
«Una vez expulsado y cuando se dirigía hacia la salida del campo, el jugador realizó dos veces un gesto de desaprobación de la decisión arbitral, consistente en llevarse el dedo a la nariz, y apuntando después con el pulgar hacia el árbitro. Cuando se disponía a abandonar el terreno de juego, repitió de nuevo el gesto mirando hacia el árbitro asistente Nº 1 y delante del cuarto árbitro», relata el árbitro en su acta.
Fueron muchas las interpretaciones que inundaron las redes sociales y los propios medios de comunicación durante el desarrollo del choque. Algunos relacionaron el gesto con simular que el colegiado estaba drogado y otros desarrollaron la idea de que decía que algo olía mal en el arbitraje, pero, al parecer, se trata de un gesto que en Polonia alude a la chulería o la arrogancia de alguien, en este caso, del colegiado del encuentro, Gil Manzano.
La doble cartulina amarilla supone por norma general un partido de castigo, pero si su actuación posterior es considerada como una falta de respeto hacia el colegiado el Comité de Competición podría imponerle una pena mayor que podría alcanzar los tres partidos. El parón del Mundial propiciará que el delantero del Barça cumpla su castigo cuando se reanude el campeonato doméstico y podría perderse, entre otros, el derbi ante el Espanyol o el choque frente al Atlético de Madrid.
La actuación de Gil Manzano no sólo dejó descontento a Robert Lewandowski sino que también generó una airada reacción de Gerard Piqué en su último encuentro de liga con el Barça. El central catalán fue expulsado durante el descanso y, al tener conocimiento de su tarjeta, roja habría insultado gravemente al árbitro, que así lo recogió en el acta de un encuentro que dejó una gran alegría en el vestuario azulgrana por una remontada de enorme valor ante Osasuna y al mismo tiempo frustración por dos expulsiones marcadas ahora por la polémica.