El fútbol femenino ha dado muchos pasos adelante a lo largo de los últimos años y desde muchas instituciones se expresa el compromiso con la igualdad y se presume del trato que se dispensa a las jugadoras y a los clubes. Pero más que palabras lo que se requieren son hechos y el acto de entrega de medallas de la Supercopa de España ha estado lejos de cumplir con los mínimos exigibles para uno de los tres títulos de ámbito nacional que se disputan a lo largo de la temporada.
Más allá de la entrega del trofeo a la capitana del FC Barcelona, Marta Torrejón, tras la victoria en la final ante la Real Sociedad, ningún representante ni de las instituciones ni de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha entregado las medallas a las campeonas, que han desfilado una a una para recoger de una mesa las preseas. Entre la sorpresa y algunas risas las jugadoras azulgrana han recogido sus premios. Algunas se han colocado las medallas entre ellas con tono irónico hacia una entrega que no se ha producido como suele ser habitual en ceremonias de los eventos deportivos.
Las imágenes han supuesto revuelo en las redes sociales, donde se ha criticado la falta de sensibilidad de los responsables de la RFEF. El presidente de la entidad que rige el deporte rey en el panorama nacional, Luis Rubiales, ha centrado buena parte de las quejas de los seguidores tanto del FC Barcelona como de los seguidores del fútbol femenino reclamando una ceremonia que se ajuste más a la entidad del trofeo.
Pues si. Ni que se tratara de un buffet.