La segunda jornada de liga en el grupo balear de Tercera RFEF, que empezó este sábado pero que en clave menorquina concentra para este domingo todo su interés, contextualiza uno de los momentos más relevantes en la reciente historia del deporte alaiorenc, con el retorno de la competición autonómica a Los Pinos discurrido más de un decenio respecto de la vez anterior.
En ese marco, el equipo albinegro recibe al Manacor, todo un clásico del fútbol balear, por lo que el destino ha contribuido a que el retorno de la categoría ocurra contra un adversario de cierto empaque, tanto en historial (puesto que cuenta pasado en las antiguas Tercera Nacional y Segunda B), como en potencial actual (el equipo manacorí es el vigente subcampeón de liga y jugó en junio por el ascenso a Segunda RFEF).
Otro guiño del azar ha sido que el regreso de la Tercera balear a Los Pinos tras más de diez años de ausencia, cristalice un día después de que se hayan cumplido cien años de la inauguración de su histórico campo.
Pero aparcando las circunstancias, de lo más evocadoras, que preludian el partido, lo que con certeza ocupa al Alaior es la vertiente deportiva. Luego de sucumbir en un exigente estreno liguero en feudo del Ibiza (3-0), un registro harto comprensible en función de la diferencia de potencial y de objetivos entre uno y otro conjunto (también considerando que hasta quedarse con diez jugadores por expulsión de Biel Moll, el cuadro albinegro mantuvo el marcador equilibrado), la sensación, no de obligación, pero sí de necesidad, se incrementa de cara a este estreno liguero.
Por el deseo de convertir Los Pinos en un fortín (parece obvio que las posibilidades de permanencia del equipo alaiorenc dependen, indefectiblemente, de hacerse fuerte en casa), por la ambición de desempolvar su casillero de puntos, y en ese orden, igualmente por la importancia de hacerse con una primera victoria, fundamental en lo anímico para cualquier equipo debutante en una categoría.
En relación al Manacor, que cambió de entrenador a pocos días de empezar la liga (a Pep Barceló le costó el puesto el respaldo que mostró a Luis Rubiales; Jaume Mut, otro clásico del fútbol mallorquín, ocupa su lugar), aterrizará en la Isla tras derrotar al Portmany (2-0) y con la intención de amargar lo que este domingo en Alaior, por todo lo que supone el partido, debe ser una auténtica fiesta.
Por su parte, el Mercadal, después de suscribir victoria en su estreno de curso contra el Inter Manacor en Sant Martí (3-0), viaja a Binissalem con la ambición de confirmar su buen arranque.
El colectivo de Lluís Vidal, que en los últimos lustros se ha convertido en el principal exponente del fútbol menorquín en la liga balear (desde 2008 hasta el presente, el cuadro rojiblanco solo ha estado dos años ausente de la misma), desplegó diversas rachas de juego de gran nivel en su primer partido. Demostrar su capacidad para rendir a esa altura lejos de casa, además de sumar, es uno de los propósitos del equipo centro insular. El Binissalem empezó la temporada con derrota en feudo del Felanitx (2-1) y fue uno de los rivales directos del Mercadal la temporada pasada en la lucha por eludir el descenso.
Curiosamente además, el último desplazamiento la pasada campaña de los rojiblancos fue a Binissalem, donde entonces cayeron por 2-1, aunque fue un resultado intrascendente, en tanto que el equipo menorquín ya tenía la permanencia asegurada. Revertir el signo que se dio entonces, lo que supondría un pleno de triunfos en dos jornadas, es la principal ambición del Mercadal en su primera salida de la temporada.
Segunda jornada Liga Tercera RFEF
Inter Manacor - CD Ibiza 1-4
Binissalem - CE Mercadal 17.45 h.
Arenal - Felanitx 2-1
Collerense - Platges Calvià 19.00 h.
CE Constància - Llosetense 0-1
Poblense - UE Alcúdia 4-0
Mallorca B - Sóller 12.00 h.
Portmany - Santanyí 12.00 h.
CE Alaior - CD Manacor 17.00 h.