Derrotada por Eslovaquia en su estreno (0-1), Bélgica intentará enderezar el rumbo y callar a sus críticos con una victoria sobre Rumanía, que vive eufórica después de su gran puesta en escena ante Ucrania (3-0) y a la que ya comparan con la Generación Dorada que lideró Gheorghe Hagi en los años 90.
Colonia será el escenario de un duelo con sensaciones antagónicas y de extremos. Por un lado, reina el pesimismo en Bélgica, mientras que por el otro hay un exceso de optimismo en Rumanía. Pero son los jugadores del combinado dirigido por Domenico Tedesco quienes tienen mucha más presión. Etiquetados en la última década como uno de los grandes favoritos para ganar cualquier Mundial o Eurocopa, la decadencia de su mejor generación silenció antes del inicio del torneo a todas esas voces que antaño pedían éxitos.
Sin esa ansiedad por ganar algo, Bélgica, fuera de la lista de favoritos en las apuestas, esperaba completar una buena Eurocopa lejos de los focos y con la tranquilidad que permite no tener altas expectativas. Sin embargo, en su primer intento desaprovechó esa condición de posible favorito oculto y falló con una derrota inesperada frente a Eslovaquia. Y, de nuevo, los focos apuntan al equipo de Tedesco.
Y es que, la realidad es que el técnico italiano tampoco ha podido afrontar el torneo sin los sobresaltos necesarios para que su concentración sea un remanso de paz. Antes de que el balón echara a rodar, la ausencia de Thibaut Courtois marcó el paso en la actualidad de Bélgica. Y, después de la caída ante Eslovaquia, es Romelu Lukaku y su falta de acierto quien acapara críticas entre los jugadores de Tedesco, que no dudará en volver a poner en el once al jugador del Roma cedido por el Inter.
Por lo menos, el técnico italiano recupera alguna de sus piezas tras comenzar la Eurocopa con varios lesionados. Aunque Thomas Meunier y Axel Witsel aún no están listos y pelean por superar por completo sus dolencias musculares, Arthur Theate, Jan Vertonghen y Youri Tielemans ya están recuperados. Aún necesitan algo de ritmo competitivo, pero Theate podría sustituir a Yanick Carrasco en el lateral izquierdo. Como mínimo, va a disputar el puesto a su compañero. Vertonghen y Tielemans, aún tendrán que esperar.
Enfrente estará Rumanía, la selección de Edward Iordanescu, que después de silenciar al aspirante a equipo revelación (Ucrania) con una goleada contundente necesita un empate para casi asegurarse su presencia en los octavos de final. Sería un hito para una selección que con anterioridad sólo había ganado un partido en la Eurocopa, 24 años antes y a Inglaterra (2-3). En apenas noventa minutos, se ha desatado una euforia excesiva para unos jugadores a quienes ya comparan con la 'Generación Dorada' que se exhibió en el Mundial de Estados Unidos de 1994 con figuras como Hagi, Florin Raducioiu, Gheorge Popescu, Miodrag Belodedici o Ilian Dumitrescu.
Sin embargo, en Rumanía no quieren que la equiparen con auténticos ídolos de su país. Tienen los pies en la tierra y jugadores como Andrei Burca se han apresurado a cortar de raíz esas ilusiones: "Es inevitable (las comparaciones con la Generación Dorada). Pero no podemos mirar atrás: tenemos que centrarnos en lo que estamos haciendo ahora. Sabemos lo que podemos hacer, pero ésta es una generación diferente: queremos forjar nuestra propia identidad. Somos la generación con el corazón más grande", dijo.
Por eso, Rumanía afrontará el choque ante Bélgica con humildad y conscientes de que se enfrentan a una selección de mucha mayor entidad. Sus jugadores no quieren que las expectativas sobre sus posibilidades sean excesivas y, como frente a Ucrania, jugarán con el máximo respeto por un rival en estado de alarma por una situación que podría ser crítica si no gana el partido.
Iordanescu, a diferencia de Bélgica, sí tiene a todos sus hombres disponibles. No tiene ni lesionados ni sancionados. Y, con Nicolae Stanciu a la cabeza, ahora mismo el jugador más mediático de Rumanía después de su puesta en escena en su estreno, Rumanía jugará con los mismos hombres que trituraron a Ucrania. Sólo hay una duda: Valentin Mihaila, un fijo en las alineaciones de su seleccionador pero ausente en el primer partido por un problema de salud, podría entrar en el lugar de Florinel Coman. Sus consistentes actuaciones en el Parma pueden decantar la balanza a su favor.