La selección española cierra su primer banco de pruebas ante el Mundial de Qatar en Riazor, donde regresa 13 años después para medirse en un amistoso a la correosa Islandia, con el objetivo de mejorar aspectos como la pegada y la firmeza defensiva respecto a su vuelta a escena, en el duelo frente a Albania, con rotaciones masivas de Luis Enrique.
De la brillantez de gran parte del 2021, se pasó en la primera cita del año a momentos espesos, de poca claridad futbolística para derrumbar planteamientos defensivos. De Albania a Islandia no cambiará mucho lo que se encontrará una selección que debe encontrar mayor fluidez en su juego. Siempre al ritmo que marca Pedri, su gran referente, buscando goleadores que se sumen a la inspiración de Ferran Torres. El delantero suma 13 goles en 23 partidos como internacional. Con la baja de Raúl de Tomás, el foco se dirige de nuevo a Álvaro Morata, que puede repetir de inicio en un once que cambiará numerosas caras.
No quiere debate alguno sobre su futuro Luis Enrique. Se acabó la época en la Federación en la que el seleccionador era renovado antes de un gran cita por haber sellado el pase. En su caso, su continuidad dependerá de la imagen dejada en Qatar. Tras los desajustes y el gol encajado ante Albania, se espera una defensa nueva con Azpilicueta y Jordi Alba, que será capitán, en las bandas, más Laporte con nueva 'pareja de baile'. Hugo Guillamón se podrá estrenar. Con la experiencia de Koke de vuelta en la medular, en ataque, buscando aumentar el número de goles, aparecerá Dani Olmo.
Islandia, en una fase de rejuvenecimiento, es un rival que históricamente ha puesto en apuros a la Roja. Su seleccionador, Arnar Vidarsson, puede dar fe de ello. Y eso que se midió a la 'generación de oro' que conquistó dos Eurocopas y un Mundial. «Corríamos hasta marearnos detrás de Xavi e Iniesta», recuerda. Y lo cierto es que en nueve duelos, pese a los seis triunfos de España, nunca fue capaz de ganar por más de un gol.