Las viejas piedras del antiguo hospital fueron testigos de algo que, más que una carrera, fue una fiesta familiar. Con zapatillas de deporte, claro. La I Milla Illa del Rei reunió a más de 60 participantes y unos 200 acompañantes que, desafiando los amenazantes nubarrones, se acercaron hasta el islote para disfrutar de una mañana de atletismo.
Los organizadores fueron la delegación menorquina de la federación de atletismo y el club Talaiot de Maó. Con el trabajo de estas entidades y la ayuda de la asociación de Amics de s'Illa, acondicionaron un camino que recorría buena parte del litoral.
Hubo carreras para todas las categorías. La absoluta se la llevaron Lita López y Andrés Pulido. Muy diferente fue la prueba de iniciación. Ganó Pau, de siete años, al que el recorrido le pareció "muy largo". Algo más atrás llegó la corredora más joven de la jornada, Gemma, de tres años. A ella y a su hermana Paula les ha picado el atletismo por influencia de sus tres hermanos mayores, que también participaron.
Cristina, la madre de los cinco, aseguraba que en el atletismo "hay un ambiente muy sano". Lo corrobora el gesto de Faust y Nil, dos corredores infantiles, que cruzaron la meta abrazados. "Somos amigos y lo habíamos acordado antes", revelaron.
Pilar, una corredora veterana, también valoró el marco en el que se desarrolló la prueba: "el sitio es precioso, es una carrera de una belleza especial", dijo. La lluvia respetó la competición, aunque cayó con fuerza durante la entrega de trofeos. Tras ella, el atletismo se despidió del islote hasta el año que viene.