La incursión al nuevo año ha coincidido con una sensible y sentida pérdida en el escenario deportivo menorquín en general y en el de la mar en particular. En la madrugada del 3 al 4 de enero pasados falleció a la edad de 83 años Bernardo Vidal Campomar, que fuera, además de desarrollarse en otros muchos frentes de la entidad, presidente del Club Marítimo de Mahón entre 1988 y 1992.
La estima que le profesó la sociedad mahonesa en general trascendió siempre por encima del impacto meramente deportivo, si bien fue ese el campo en el que Vidal más y mejor se manejó, y en el que mayor número de parabienes agotó –perteneciente, al margen, a una familia de ingente vínculo con la UD Mahón.
Su asistencia a la entrega de premios y colofón del curso 2013 fue el último acto público del CMM al que acudió. Poco más de un año después, tras una prolongada enfermedad, «se fue una gran persona, un referente para nosotros y para la gente del mar de Menorca, pero también para la sociedad», anota un apesadumbrado Paco Catchot, actual comodoro del Club Marítimo. La labor de Vidal dentro de la emblemática entidad localizada en el puerto mahonés gozó siempre de un gran reconocimiento. Abarcó diversos espacios en la estructura del Club durante décadas, a cuyo crecimiento contribuyó de manera trascendental, desde comodoro hasta directivo, ejerciendo con la presidencia que mantuvo hasta el 92 su último servicio –año en que uno de sus regatistas, Fernando Rita, gozaba de su bautismo olímpico en los Juegos de Barcelona.
Muy cercano y educado en el trato, de agradable y rica conversación, gran persona y excelente gestor, el Club Marítimo de Mahón y una ingente porción de la sociedad mahonesa llora la pérdida de Bernardo Vidal y le guardará siempre en su memoria.