Seducida por la leyenda que evoca cuando el pequeño David tumbó al gigante filisteo Goliat con la sola ayuda de su honda –de cuya historia es versada– y rendida al influjo de su herencia genética materna, Luana 'Lua' Pons Pons (2001) es la 'prospect' más reciente que ha proyectado el tiro con honda insular a la cumbre balear.
Campeona femenina absoluta de 'ses illes' en los estertores de 2015, nuestra protagonista profesa vocación plena por una materia cuya génesis se remonta más de dos milenios en el tiempo, distinguida en su lejano albor como arma de caza que ha sobrevivido a un abismo de siglos hasta concentrar su uso en la actividad exclusivamente deportiva que es hoy día.
Práctica no en riesgo pero sí con posibilidades de extinción debido al poco calado que en el presente ostenta en la latitud menorquina, Lua Pons, sin pretenderlo, reluce como una suerte de nexo generacional entre pasado y futuro. Así lo proclama su brillante y aún fresca conquista de impacto balear. La última guerrera.
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