Sergio Llull Melià (Maó, 1987) y Sergi Enrich Ametller (Ciutadella, 1990). Como si de una inalterable costumbre se tratara, la proyección de mayor impacto nacional e internacional de que disfrutará la Roqueta en el plano deportivo durante el 2019 que ahora empieza recaerá un año más, como ha sucedido prácticamente desde hace un lustro, en la figura del baloncestista mahonés del Real Madrid y de la selección española, y en la del delantero ciutadellenc del Eibar.
Dos deportistas de elite para quiénes 2018 ha abrigado, cada cual a su nivel, ciertos puntos de semejanza, tanto en lo positivo como en lo negativo, un paralelismo que apunta a postergarse, igualmente con sus matices, en el trecho de los próximos doce meses. En esa línea, el año que ahora se aparca en la memoria se ha distinguido como el de las lesiones graves, puesto que ni Llull, que arrancó enero lesionado ?se partió el ligamento cruzado de la rodilla, en agosto de 2017, durante un amistoso con España en Tenerife?, ni Enrich, que cayó precisamente a la tercera semana de ese mismo mes inicial, en un entrenamiento con el Eibar, lastimándose idéntica articulación que Llull ?en su caso el menisco pero?, han podido burlar la considerada peor pesadilla de los deportistas.