Antes de iniciarse un partido nadie puede tener la absoluta certeza de que va a ganar. Las falsas confianzas acostumbran a pasar factura. El pasado sábado, más de uno firmaba ganar al Aguere. Y no fue así. Hace dos semanas todos firmaban ganar al UCAM, y más viendo lo encarado que iba el partido. Y se perdió.
Por eso el conjunto bermellón se siente dolido, con la moral frágil. Por eso esta semana ha sido tan dura de llevar. Por eso los aficionados que se acerquen al Pavelló van a ver a un equipo más conjurado que nunca. Con más garra que nunca. Necesitan ganar para volver a creer en si mismas, más allá incluso de que obtener la victoria ante el Gran Canaria sirve para agarrarse a la calculadora... Si se puede.
Las matemáticas indican que este equipo todavía puede meterse en el play-off. Con los objetivos básicos conseguidos -permanencia y clasificación copera- este gran reto es, a su vez, la gran ilusión de la plantilla y un buen anzuelo para que el club siga ilusionando a la afición, y hacer algo de taquilla. Con las dos derrotas, esa ilusión se ha minimizado, y cualquier opción pasa por vencer hoy, esperar que el Barça caiga en Pamplona ante el Ecay -difícil- y esperar a librar otra gran batalla el sábado día 9, cuando el mismo Barça visitará Ciutadella. Son muchas cosas a la vez, cierto.
Cálculos, esperanzas, deseos. Bep Llorens no puede pensar en ello porque primero tiene que ayudar a levantar la moral del grupo. Lo ha reconocido. "Ha sido una semana muy difícil para mi", administrando análisis, trabajo y psicología. Posiblemente esta tarde, antes de saltar a la pista, no tenga que decir demasiadas cosas. Las jugadoras ya lo saben todo.
El técnico tendrá a toda la plantilla disponible. Esther, a pesar de su gripe, y Danira, a pesar de un leve esguince, estarán. Como el resto. Delante, el Gran Canaria de Alberto Rodríguez y Danny López, un equipo que busca ganar experiencia -18 años de media- y viene con lo puesto. Pero hay que ganarles. Sería una victoria obligada y balsámica.