El Avarca Menorca ha terminado como subcampeón la Liga Iberdrola de voleibol, después de caer, 1-3, en la tarde de este domingo en el cuarto partido de la serie final contra el Hidramar Gran Canaria, que revalida de este modo el título y un triplete nacional (las de Las Palmas, a este título liguero, le agregan la Supercopa y la Copa de la Reina).
A diferencia de lo acontecido este sábado, el equipo de Ciutadella no pudo hacer valer el factor pista y ha terminado claudicando ante un equipo que ya le arrebató el título de Copa hace unos meses (21-25; 22-25; 26-24 y 27-29).
La brasileña Marcella Amaral, que brindó un partido para enmarcar, y la líbero madrileña Patri Rodríguez, destacaron en las filas del Avarca, que a pesar de verse en una desventaja de 0-2, nunca volvió la cara al partido, tuvo arrestos y calidad para forzar el cuarto set y en el mismo, burló hasta cuatro bolas de partido en su contra. La cubana Sulian Matienzo marcó diferencias por parte canaria, y sobresalió como el factor diferencial en el equipo campeón.
Y eso que la puesta en escena del Avarca resultó impoluta. En consonancia a lo mostrado en los tres partidos previos, el cuadro menorquín apareció dominante (4-2; 6-3) en el primer set con Davenport y Marcela Amaral tremendamente efectivas.
Pero la respuesta del colectivo grancanario no se hizo esperar, y por medio de Sulian Matienzo, totalmente ‘on fire' en parangón a su discreto tercer partido (en el que pese a lo cual se fue hasta los 21 puntos; 29 firmó ayer), recuperó margen de inmediato (6-6).
A partir de ahí, devino un pasaje del partido marcado por el equilibrio, y entre el referido empate a seis hasta el 20-20, apenas en el parcial 15-13, favorable al Avarca, se registró una diferencia superior a un punto en favor de alguno de los dos equipos.
Sin embargo, Gran Canaria, que fue creciendo a medida que discurrió ese set inicial, por medio de su capitana, Saray Manzano, se situó en ventaja, 20-22, y el vértigo se apoderó del cuadro menorquín. De ahí al 21-24 se distinguió una consecuencia natural, y el Gran Canaria optimizó la primera de las tres bolas de que disfrutó para cerrar el set (21-25).
La segunda manga, en sus primeros compases, destacó como un intercambio de golpes entre la brasileña Marcela Amaral por parte local, y de la cubana Matienzo en el flanco visitante, las dos mejores del partido (3-3). La intermitente aparición de Saray (aunque muy sujetada por el Avarca durante toda la serie, también ayer, lo que limitó y redujo sus habituales números en ataque) y su superioridad en el bloqueo en esos instantes del encuentro, permitió al Gran Canaria abrir una pequeña brecha (5-8). Bep Llorens detuvo el juego con el objeto de evitar una hemorragia mayor, y tuvo un efecto inmediato.
La eclosión de Carla Jiménez e Ivone Martínez daba el empate y una posterior ventaja al Avarca (12-11). Ambas, muy activas en esa fase del encuentro, contuvieron los intentos de ruptura rival (14-14; 16-16; 18-19), aunque su derroche, como tampoco el de sus compañeras, sirvió para evitar que el Gran Canaria enfilara el tramo final del set en franquicia (19-21).
Amaral, que pasó quizá más tiempo del aconsejable en el banquillo, emergió para revivir al equipo menorquín (22-22), aunque la rápida réplica de Saray Manzano (22-23), auguró lo peor (22-25). El Avarca, que por momentos había sufrido en el bloqueo, lo que afloró como un factor determinante en la pérdida de ese segundo set, advertía un abismo a remontar (0-2).
El ceder ese segundo set pareció hacer mella en el cuadro de Ciutadella, cuanto menos, la inercia en los primeros puntos del tercero, prosiguió perteneciendo al equipo ‘canarión' (1-2; 3-5). La calidad y omnipresencia de Amaral evitaron un problema mayor al conjunto de Bep Llorens, y le permitieron encontrar un punto de inflexión desde el que empezar a orientarse en esa tercera manga (9-7 tras certera acción de bloqueo de Jimena Gayoso).
La distancia en favor menorquín se incrementó hasta un 11-7. El Gran Canaria paró el partido con un tiempo muerto, se rehizo y se acercó a 12-10 (tras bloqueo de Sara Dias), y el partido se adentró en otro episodio de igualdad, que entre Amaral (como no) y Jimena Gayoso (que puntuó en dos acciones consecutivas en ataque) se encargaron de cercenar (18-14 para el Avarca).
Pero el Gran Canaria, aun a pesar de jugar con margen en virtud de su ventaja de 0-2, lejos de sucumbir a la relajación, recuperó su más efectiva versión, lo que ni un tiempo muerto solicitado por Llorens (ya con 19-18) logró mitigar (21-22 tras acciones de Matienzo y Del Burgo). Amaral restableció el equilibrio (22-22) y Fortuna la ventaja local (23-22), que enseguida Davenport incrementó (24-22). Ni la capacidad del cuadro canario para igualar (24-24) valdrían para evitar un desenlace favorable al conjunto menorquín (26-24, un saque de Matienzo a la red, definitorio para goce del Avarca).
Con el 2-1 en contra y la necesidad de empatar para prolongar su presencia y buscar el quinto duelo en esta final, el Avarca supo contener la eficacia canaria ante la red (5-4 tras un gran punto de Jimena Gayoso) y mantenerse hasta el empate a ocho. Fue entonces cuando se atisbó la primera amenaza de ruptura por parte del Gran Canaria (9-13), sensación que se incrementó con un preocupante 10-17.
Remontar tamaña diferencia, a esas alturas del partido, iba a entrañar un ejercicio de resiliencia que el Avarca supo encontrar. Carla Jiménez y Marcela Amaral acercaron el marcador al 13-17, y de nuevo ambas personificaron el enésimo impulso local (18-19). El cuadro menorquín había regresado al partido y recorrido el trayecto más arduo, lo que confirmó Antonella Fortuna (20-20). Pero el Gran Canaria promovió un nuevo acelerón, intuido casi definitivo (21-23 tras punto de Laura Martínez), que el Avarca, a través de Jimena Gayoso, supo contener para recuperar el empate (23-23).
El cuadro canario hizo el 23-24, lo que equivalía a contar con la primera bola de partido y por extensión, de campeonato. Hasta cuatro salvó el Avarca, pero a la quinta, el Gran Canaria no erró y se hizo con el título (27-29).