Atraída por el trabajo de la técnica y la evolución individual de las jugadoras y tras anteriormente haber estado ya vinculada a la formación– sobre todo con categorías base en Madrid, Socuéllamos y en su propio campus de tecnificación– la colocadora del Avarca de Menorca, Marina Saucedo, regresa a la formación y a los banquillos para dirigir el juvenil Menorca in Person del Club Voleibol Ciutadella. Una tarea que compaginará con su puesto en Liga Iberdrola una Saucedo que siempre ha estado muy enfocada en la formación. «Me apasiona ver cómo los jóvenes crecen, no solo a nivel deportivo, sino también personal. Creo que el voleibol es una herramienta increíble para transmitir valores y hábitos que luego se trasladan fuera de la pista».
Para la gaditana, totalmente integrada ya en Ciutadella y la entidad, entrenar al juvenil del CV Ciutadella, «no deja de ser un reto un juvenil de un Superliga y me motiva eso, el reto. Después de varios años centrada en mi carrera de jugadora profesional tenía ganas de aportar mi experiencia desde el otro lado», nos señala a «Es Diari». Entrenar un equipo juvenil, dice Saucedo, «siempre es un reto pero desde el primer momento lo vi como una oportunidad muy bonita para acompañar a las chicas que están en una etapa clave, justo donde pueden o seguir evolucionando en un futuro o hacer esa parada deportiva para enfocarse a los estudios o vida laboral. Y por supuesto el primer objetivo es que evolucionen».
Tiene en sus manos Saucedo un grupo joven, «con mucha ilusión y margen de mejora. El principal reto es ayudarles a entender la exigencia y la constancia que requiere este deporte pero sin perder la parte de disfrute. Formar jugadoras completas pero también buenas personas, comprometidas y con pasión por lo que hacen», señala.
En cuanto a la cantera del CV Ciutadella, le parece que se está trabajando, «muy bien, sobre todo en la parte de valores educativos, algo en lo que se está careciendo y muy necesarios para el deporte y la vida en sí», razona en una entidad con una estructura, «sólida, con entrenadores implicados y comprometidos y un proyecto que da continuidad desde la base, con un crecimiento de niños/s cada año más amplio». Y tener un equipo en Superliga, «motiva mucho a los más jóvenes, somos una figura de espejo para ellos y ven que si se esfuerzan, y entrenan mucho pueden llegar a lo más alto, aunque repito, el objetivo no es sacar jugadoras que lleguen al máximo nivel, sino formarlas con valores de equipo», sostiene.