Nueva colaboración con este magnífico Anuario, con el que tengo el honor de participar desde que surgiera esta gran iniciativa. Reconozco que al principio llenaba las colaboraciones de numeritos, con la esperanza de que cada uno sacara sus propias conclusiones. Con el tiempo cada vez he ido dando menos datos y más opiniones.
Nuestras islas, con sus 473.000 afiliados, sigue siendo de las comunidades en las que el aumento de la afiliación es formidable. Una variación anual, a diciembre de 2023, del 3,25%, respecto el mismo mes del año anterior, nuevamente está por encima de la media nacional (2,66%) y sólo por detrás de la comunidad canaria (3,96%) y la madrileña (3,83%).
Este año, otra vez es necesario destacar dos cuestiones que resultan claves para entender nuestro mercado laboral: La primera sería el efecto del Real Decreto Ley 32/2021 de la reforma laboral; y la segunda – esto parece el día de la marmota - los problemas para la contratación de trabajadores y estabilidad de las plantillas.
En cuanto a la reforma laboral hay que destacar que sigue teniendo efectos muy significativos respecto a la contratación indefinida. Hemos pasado de 243.000 contratos indefinidos a finales de 2021 (último mes antes de la reforma laboral) a los 323.400 a finales de 2023, es decir 80.400 contratos indefinidos más. Esto, en teoría, está suponiendo una mayor protección jurídica para los trabajadores, aunque, en la práctica, seguimos sin tener claro si los cambios en la contratación son directamente atribuibles a la reforma laboral o si resultan de otros factores económicos y sociales; o evaluar cómo la reforma afecta la calidad del empleo, en términos de estabilidad y condiciones laborales.
En cuanto a la contratación, nuestras islas siguen experimentado una notable escasez de mano de obra y unas elevadas pretensiones económicas salariales, especialmente en sectores clave como la hostelería y la construcción. Igualmente, no debemos olvidar el déficit de empleados públicos (sanitarios, cuerpos de seguridad del estado o funcionarios de las distintas administraciones, etc.) que se resisten a venir por el elevado coste de la vida y las dificultad para encontrar alojamiento.
La falta de personal se ha convertido en gran problema, llevando a muchas empresas a considerar la automatización y la deslocalización de servicios como posibles soluciones. No quiero terminar sin llamar la atención sobre un dato preocupante que nos muestra la encuesta de población activa (EPA) para Balears y está relacionado con la tasa de actividad por edades de nuestro mercado laboral. El 2023 se cerró el año con una tasa de actividad para la franja comprendida entre 16 y 24 años del 40%. Hace 10 años, en 2013 era del 46% y hace 20 años del 60%, dato de 2003. Es decir, ha caído 20 puntos la tasa de empleo de los menores de 24 años… ¿Debería llamarnos la atención este dato?.
Si nos fijamos en la franja de 25 a 44 años, ha permanecido más o menos estable y es en la de mayores de 45 años la que ha aumentado en el mismo período. Es decir, la tasa de actividad de los de 45 a 54 años ha pasado de 78% al 88% y la de más de 55 años ha pasado del 23% al 35%. Sin duda, está envejeciendo nuestro mercado laboral.
En resumen, aunque Balears ha experimentado una notable recuperación económica del empleo que se ha consolidado en 2023, sigue enfrentándose a importantes desafíos estructurales en su mercado laboral que requieren soluciones creativas y estratégicas. La reforma laboral, aunque prometedora en sus objetivos, ha evidenciado la necesidad de una mayor equilibrio entre la protección de los trabajadores y la necesaria flexibilidad empresarial, especialmente en nuestras islas.l