Simple y sencilla, pero fabulosa. Así podríamos resumir la gastronomía menorquina, una cocina tradicional que se ha transmitido de generación en generación, sin buscar grandes pretensiones pero que sabe a gloria. Es el caso del oliaigua, las berenjenas o los calabacines rellenos, platos elaborados a partir de la esencia de la tierra en cada temporada y que antiguamente se entendía como una cocina de subsistencia, de aprovechamiento. Merece la pena probar cada delicia.
Caldereta de langosta
Es el plato por excelencia de la gastronomía menorquina. Se elabora en un recipiente de barro cocido o tià de terra, con un buen sofrito de verduras de la tierra, unos 500 gramos de langosta por persona y unas rebanadas muy finas de pan tostado. Los menorquines son amantes de las calderetas, aunque su degustación se reserva para fiestas y días señalados.
Calabacines rellenos
Es una de las recetas más típicas del verano menorquín junto a las berenjenas rellenas. Es un plato que se puede consumir tanto frío como caliente y dispone de multitud de versiones, aunque la tradicional se elabora a partir de la pulpa del calabacín y un buen sofrito con el que luego se elabora el relleno.
Oliaigua
Probablemente es el plato que resume la cocina menorquina. Una receta de origen payés, muy humilde y basada en el aprovechamiento de todos los productos alimentarios que se producían en las fincas. El oliaigua se elabora con tomate, cebolla, pimiento verde, ajo, aceite de oliva, sal y agua.
Perol de tomàtic
Es otra receta reina del verano y una clara muestra de esta cocina sencilla, pero sabrosa. Se sirve frío o caliente, puede utilizarse como acompañamiento de algunos platos, o incluir en el perol carne o pescado. El perol es una fuente, normalmente rectangular u ovalada.
Calamares rellenos
Es otra joya de la gastronomía menorquina. Su preparación requiere tiempo, dedicación y cierta práctica, de ahí que se saboree en fechas señaladas. Admite diversas variantes. Hay quien al relleno le pone gambas, pescado, carne o huevo duro troceado para darle otro color y consistencia.
Repostería
La tradición de la repostería adopta elementos de la cultura musulmana, mezclados y mejorados con la aportación catalana, británica y francesa. Las recetas se preparaban siguiendo un calendario de fiestas: greixeres en Carnaval, formatjades en Pascua, ensaimadas con chocolate a la taza en las fiestas patronales de verano, buñuelos en Todos los Santos o tortada, turrones y cuscussó por Navidad. Hoy en día es fácil encontrar estas delicias en cualquier momento.