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Cómo alquilar tu casa con tranquilidad gracias a Finques Toyo Pons

Esta empresa ha sabido ganarse el respeto por su trato cercano, su rigor técnico y una visión del negocio basada en la confianza a largo plazo

Toyo Pons gestiona los tres aspectos de la propiedad: la venta, el alquiler y la administración de fincas, tanto de particulares como de comunidades de propietarios

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Cuando se firma un contrato de compraventa o de alquiler, el trabajo no ha terminado todavía: notificaciones legales, seguimiento de pagos, gestión de tributos, prórrogas, mantenimiento... Son muchas las tareas que requieren atención continuada para evitar problemas y garantizar tranquilidad. En ese terreno, contar con un profesional cualificado y de confianza marca la diferencia. Es precisamente ahí donde destaca Finques Toyo Pons, una inmobiliaria y administración de fincas de Maó con casi tres décadas de experiencia en el sector.

Fundada en octubre de 1996 por Toyo Pons (administrador de fincas colegiado) y su padre (agente de la propiedad inmobiliaria colegiado y administrador de fincas colegiado), esta empresa ha sabido ganarse el respeto por su trato cercano, su rigor técnico y una visión del negocio basada en la confianza a largo plazo.

Un vínculo que no termina con las llaves

«Gestiono los tres aspectos de la propiedad: la venta, el alquiler y la administración de fincas, tanto de alquileres como comunidades de propietarios. Es decir, mi relación con los propietarios no termina una vez alquilada la vivienda, como hacen la mayoría de inmobiliarias», afirma Toyo. Y esa continuidad en la atención no es solo un añadido: es su especialidad.

Se encarga personalmente de cobrar el alquiler al inquilino; notificar subidas según el IPC, el IRAV (Índice de Referencia de Arrendamientos de Vivienda) o el IGC (Índice de Garantía de Competitividad); controlar vencimientos; gestionar prórrogas y realizar pagos por cuenta del propietario, puesto que «algunos prefieren que yo pague los tributos o los gastos comunitarios y se lo descuente del alquiler», explica. Todo con un criterio profesional y transparente, independientemente del número de propiedades que tengan. De hecho, tiene clientes con una o dos propiedades y otros que manejan una cartera más amplia con hasta diez propiedades.

En un entorno donde parece que lo importante siempre es la cantidad, Pons opta por otro enfoque. No gestiona propiedades en cada municipio ni trabaja con volumen: «Tengo que ser realista: si quiero dar un buen servicio, no puedo tener propiedades en toda la isla». En lugar de eso, trabaja con un número reducido de fincas, mayoritariamente en el Levante de Menorca, donde puede garantizar un servicio rápido, atento y eficaz.

El resultado es una relación directa con cada cliente marcada por el conocimiento del terreno, el seguimiento y la dedicación completa.

Dentro de la administración de comunidades de propietarios, pone el acento en todo lo que va más allá de las cuentas: «No es solo llevar la contabilidad de la comunidad. Supone mucho más. Nosotros lidiamos con la Ley de Protección de Datos, los Riesgos Laborales, la Coordinación de Actividades Económicas, mantenimiento de los ascensores, fachadas, cubiertas, y otros aspectos importantes».

Y no falta el detalle práctico: «Por ejemplo, una cosa que mucha gente no sabe es que en las reparaciones y mantenimiento del edificio, el IVA que paga una comunidad no es del 21%, es del 10%».

Un mercado exigente, con desequilibrios evidentes

Con 27 años de experiencia, ha visto cómo cambian las reglas del juego. El mercado de compraventa está hoy muy condicionado por el precio (le llegan solicitudes para inmuebles de hasta 350.000 euros) y el de alquiler está marcado por la escasez: «La falta de oferta hace que la gente esté dispuesta a pagar casi lo que le pidas, siempre y cuando las condiciones de la vivienda lo valgan».

Por eso, apunta: «La situación es complicada. Necesitamos más oferta. Por ejemplo, en Maó hay bastantes viviendas vacías y no sólo de propietarios particulares».

Con sus años de experiencia, ha sido testigo de los cambios en el mercado de alquiler: «Antes teníamos dos tipos de viviendas, con y sin muebles. La ventaja de alquilar los pisos sin muebles era que daban estabilidad tanto al propietario como al inquilino». Hoy en día, el mercado se ha vuelto más dinámico y también más exigente. «Ahora, que un piso tenga su balconcito se valora más, o que esté en una zona donde puedas tener acceso a todo tipo de servicios: farmacia, supermercado, etc.», añade.

Ese cambio de mentalidad se refleja también en la compraventa: ya no se compra para toda la vida, sino con una lógica más flexible, marcada por las nuevas necesidades tras la pandemia.

«Pónganse siempre en manos de un profesional que esté colegiado o asociado, porque estamos en constante formación», recomienda como consejo final. Y es que en un mercado cada vez más complejo, la diferencia entre una buena gestión y un problema puede estar en quién te acompaña en todo el proceso.

Por eso, Finques Toyo Pons no es solo una inmobiliaria más: es un aliado de largo recorrido para quienes buscan un trato directo, experiencia acreditada y un seguimiento profesional a lo largo de todo el ciclo de vida de su propiedad.

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