FICHA. Me llamo Rita Moreno, nací en Barcelona en 1960. He compaginado los estudios de Artes y Oficios en Zaragoza –en la modalidad de cerámica y escultura– con pedagogía y pintura. Me he dedicado a la docencia. A mi vuelta a la Isla trabajé junto a mi hermana en la escuela de pintura "El taller". Me encanta la espontaneidad de los niños sobre todo cuando contemplan arte. En 2009 decidí dejarlo todo y dedicarme exclusivamente a pintar, es una necesidad.
Recuerda Rita Moreno cómo observaba a su padre pintar, sentada en silencio y absorta por la línea que se tornaba obra. Respira arte desde la infancia, y puede que por ello normalice tanto el gesto del pincel como un ritual de lo más cotidiano. "Es una profesión como otra cualquiera", comenta. Si bien nosotros, los espectadores, admiramos cualquier ápice de sensibilidad que nos es impropia y que, generalmente, asumimos como inalcanzable. La suya no es sólo hacedera sino que además convence. La artista se estrena en solitario en la galería Encant de Maó con una propuesta que fluye del recuerdo del recuerdo. Impulsiva y sincera. Sin discursos, muy intuitiva, sólo en esencia.
El camino de Rita Moreno es largo, pero aun así ha decidido empezar de nuevo. "Memoria fósil" es la huella de las emociones. El producto de la construcción y la destrucción de la pieza hasta reinventarla y fundamentada en un aprendizaje constante. Habla la autora del milagro de que la historia quede grabada en la piedra. En su caso, su fósil, dice, "no es ni realidad ni ficción, simplemente es la fusión de las vivencias que impactan en mi. Todos somos lo que hemos vivido".
Su recorrido parte en Encant con el magma, el núcleo de la tierra, los rojos o el fuego; le siguen los sedimentos; el azul del mar y el cielo; el éter... "pronto llegará el blanco", aclara, "nunca paro de trabajar. La pintura es una evolución constante".
Su medio de expresión es el acrílico sobre madera mediante el que logra una sugerente composición de color y textura. Lejos de sus comienzos su trazo hoy es esquemático. "Ahora cuento lo mismo con menos palabras. La obra me dicta lo que tengo que hacer, cómo comunicar e interactuar con el público", explica quien defiende el rol de cada escalón del mundo del arte. "Yo no vendo, eso se lo dejo al galerista, cada uno tiene su papel y no debemos aceptar intromisiones".
Que su cometido es crear es evidente. Queda clara su inquietud por la manipulación. Mancha rápido y tampoco tiene ningún reparo en quemar su obra para reconvertir de sus cenizas inspiradoras esculturas.
De su padrino (como ella le llama) Ismael Berkane, alaba y hace suya la meta "de pintar sin pensar". Al acabar siente la necesidad de aislarse de la creación. "Es importante no creerte nada, reflexionar y saber que las piezas ya han dejado de ser tuyas".
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"Memoria fósil", de Rita Moreno en la galería Encant de Maó hasta el próximo 22 de mayo. Calle Infanta, 20. Maó.