Pere Florit Anglada lo confesó de entrada al proponerle que inaugurase una serie de reportajes sobre bibliotecas particulares de Menorca que se publicará en Culturàlia a partir de este mes de mayo: "Soy un lector compulsivo y acostumbro a leer los libros de tres en tres". Al periodista le constaba ciertamente que la lectura es una afición-pasión a la que este odontólogo de Ciutadella concede mucho tiempo, una dedicación muy práctica y que explica así: "Tengo un libro en la mesilla de noche, que atiendo al irme a la cama; el desayuno ocupa otro tiempo de lectura matutina con un segundo libro; y un tercero, que es móvil, lo llevo en el coche y lo subo a mi consulta para ir leyendo cuando tengo algún paréntesis en mi trabajo, o bien leo unas páginas en un bar o incluso algunos párrafos si voy caminando por la calle".
Calcula nuestro personaje que posee más de cinco mil libros, "quizá suman ya unos cinco mil quinientos", que tiene distribuidos en tres dependencias de su domicilio sito en la urbanización Sa Caleta y en el amplio desván de su casa de la Plaça des Be. Pere Florit afirma que inició su biblioteca personal hacia 1967, a sus 17 años, edad en la que se hizo socio del Círculo de Lectores para poder conseguir los volúmenes a un precio más asequible. Hace unos dos años Florit emprendió la ordenación de su biblioteca, por autores y temáticas: "Sé donde se ubican en las estanterías y me resulta fácil localizar un libro determinado, pero queda pendiente la no menos importante tarea de catalogación. Todo se andará, además en su día heredé la biblioteca de mi suegro, que era maestro de escuela, y que estaba integrada por unos quinientos libros".
Novela negra
En la biblioteca de Pere Florit abunda sobre todo la narrativa, en especial mucha novela negra (Georges Simenon, Andreu Martín, Manuel Vázquez Montalbán...). En el campo del ensayo cuenta con obras de política, economía, evolución humana y divulgación científica. También le interesan los libros de historia y autobiografías; posee numerosos volúmenes de consulta –de botánica y otras materias–, amén de más de veinte enciclopedias y diccionarios.
Al repasar los géneros literarios de su predilección, salta la sorpresa con la poesía: "Con la poesía tengo una relación muy especial y confieso que la poca que me gusta me entusiasma. Me gusta la poesía clásica –añade rotundo el entrevistado– y el resto no me interesa, tampoco la poesía moderna. No siendo religioso, cada mes leo "El cántico espiritual" de San Juan de la Cruz, de quien un reconocido autor británico dijo que es el mejor poeta lírico de la historia en cualquier idioma. Asimismo debo mencionar a Francisco de Quevedo, Jorge Manrique, Salvador Espriu y Ausiàs March (cuya obra conocí gracias a Raimon). A mi juicio, este último poeta del siglo XV trata como nadie el clásico tema tan mediterráneo del amor y la muerte. Y puedo citar también mis cinco ediciones de "La Divina Comedia", en español e italiano; de ellas, la traducida por el escritor valenciano Joan Francesc Mira es sin duda la mejor".
Tras manifestar sus preferencias por los clásicos y los libros de arte de gran formato, "que destaquen por la excelencia de sus ediciones", asegura Pere Florit que no tiene joyas bibliófilas, aunque da noticia –importante noticia para cualquier bibliófilo– sobre la conservación de dos peculiares libros de odontología: "Fueron escritos, en 1900 y 1902, por Miquel Vivó Bonet, un hermano de mi bisabuela, y son mencionados en una historia de la odontología española". Guarda también la novela "Catalina", opera prima de Antoni Cursach Truyol que data del siglo XIX y sobre la que el profesor Gabriel Julià escribió hace meses un interesante artículo divulgativo. En la biblioteca de Florit figuran igualmente tres interesantes libros manuscritos de los siglos XVIII y XIX que versan sobre la contabilidad de una familia de patrones de barco de Ciutadella y que abarcan hasta cinco generaciones.
Autores preferidos
A la pregunta de quiénes son sus autores preferidos, Pere Florit expone sin titubear su relación: Victor Hugo, Stendhal, Flaubert, Zola, Valle Inclán, Baroja, Galdós, Dostoievski, Pessoa, Simenon, Delibes y Camus. ¿Y autores menorquines? Sólo señala dos: "Pau Faner, de quien tengo toda su obra publicada y me decanto por "Un regne per a mi", "Moro de rei", "Flor de sal" y el último editado, "El cant de l'alosa"; y una esperanza de la literatura catalana, Esperança Camps". Florit no cita más autores, si bien aprovecha para lamentar, sin querer concretar nombres en público, "la persistencia de una abundante literatura de la mediocridad en el marco de una cultura subvencionada, tanto aquí en Menorca como en todo el ámbito catalán". "No obstante –añade Florit–, quiero resaltar la gran labor de dinamizadores culturales como Miquel Àngel Casasnovas, Gabriel Julià, Florenci Sastre, Antoni Bonet, Pere Melis, Lluís Casasnovas, Marc Pallicer y Antoni Picó".
El dentista Florit no descuida su biblioteca: "Compro unos 150 libros al año y leo entre ocho y doce libros cada mes. En tiempo de vacaciones a veces he leído un libro por día". Y a continuación explica su disposición claramente compulsiva en cuanto a la lectura: "A la hora del desayuno normalmente leo durante media hora; por la tarde, tras el almuerzo, dedico entre una hora y hora y media; y por la noche, antes de conciliar el sueño, entre diez minutos y media hora, depende del ánimo y de la intensidad de la jornada. ¡Ah!, en invierno también acostumbro a leer durante media hora en la bañera".
El día de nuestro encuentro periodístico con Pere Florit fue casualmente el pasado 23 de abril, el Día del Libro. Y una de las preguntas obligadas es qué obra estaba leyendo en la semana del 19 al 25 de abril: "Por la mañana, tras levantarme, "El origen de las especies", de Charles Darwin; la noche la reservo a la novela policiaca con "Pálido criminal" de Philip Kerr; y el libro que tú llamas móvil o ambulante es el segundo de cuatro volúmenes de "Historia Universal", de J.M. Roberts. Sobre este último debo precisarte que no lo leeré en su totalidad, sólo me interesan tres capítulos".
Los clásicos
Pere Florit admite que suele recomendar libros a sus amistades, la temática depende claro de los amigos de que se trate: "A una persona culta puedo recomendarle la "Ilíada", en la versión del helenista Luis Segalá. Los clásicos no son en absoluto aburridos. Cada dos o tres años vuelvo a la obra de Homero. También le aconsejaría "Tirant lo blanc" de Joanot Martorell, en la edición de Martí de Riquer; y "El primer hombre", de Albert Camus, el libro que me ha causado mayor impacto de cuantos he leído en los últimos diez años. Además, a los jóvenes les recomendaría especialmente la lectura de novelas de aventuras y la que sin duda alguna creo es una de las mejores novelas del siglo XX, "Sinuhé el Egipcio".
En nuestro cuestionario de base, la pregunta que cierra la entrevista solicita la opinión del personaje sobre los libros electrónicos, saber si considera que acabarán con los de papel. La respuesta de Florit es escueta y se acompaña de un punto de ironía: "Desconozco el tema y en cualquier caso yo confío en que ya no veré la desaparición del papel si es que tal cosa llegara a ocurrir finalmente".
A modo de posdata, debe anotarse por último un fallo periodístico imperdonable. Había que preguntarle al entrevistado si se le ocurrió alguna vez escribir una novela negra. La respuesta de Pere Florit es clara y concisa: "Jamás. Carezco por completo de capacidad fabuladora y de fantasía".
Un lector que siempre regresa a los clásicos
Pere Florit Anglada nació en Ciutadella el 13 de septiembre de 1950, tiene por tanto 59 años. Está casado con Magdalena Gual Fornés y son padres de dos hijos, Antoni y Martí. Pere Florit estudió el bachillerato en el Colegio Salesiano de su ciudad natal y el Curso Preuniversitario en los Salesianos de Mataró, curso este último que realizó por cierto junto con tres compañeros y amigos: Miquel Bagur, que se licenciaría en Farmacia; Pau Faner, profesor ya jubilado y escritor afortunadamente en activo; y Cayetano Lluch, ingeniero de telecomunicaciones que se prejubiló el año pasado y que había desempeñado el cargo de director general de la división de móviles en Telefónica.
A la hora de emprender sus estudios universitarios, Florit se decantó por la odontología. Tras licenciarse en la Facultad de Medicina de Zaragoza, se especializó en Estomatología en la Universitat de Barcelona. Posteriormente cursó la especialidad de Implantología en la Universitat de les Illes Balears.
Pere Florit reconoce que la lectura para él más que una afición es un vicio. "¿Qué cómo surgió? A los 12 años de edad a raíz de caer enfermo durante un mes. Empecé con los tebeos y un salesiano me prestó posteriormente unos cómics de Superman editados en Argentina".
Para engrosar y enriquecer su biblioteca, que tiene leída en su práctica totalidad, Florit realiza unos periódicos recorridos por todas las librerías de Ciutadella. Procura obtener una puntual información sobre las novedades bibliográficas que salen al mercado, "pero, a la hora de adquirir mis libros, me encanta sobre todo mirar sin prisas en las estanterías". Cuando viaja a la Península o a Mallorca, Florit siempre se reserva su tiempo para visitar cuatro librerías: "En Madrid voy a la Casa del Libro de Gran Vía; en Barcelona acudo a la Central y Catalònia; y en Palma es obligada una visita a Embat".
A lo largo de nuestra conversación, Pere Florit ha reiterado el valor literario de los clásicos: "Siempre regreso a los clásicos, y soy el primero en aconsejarlos a mis hijos". Será obviamente porque los clásicos son una fuente de sabiduría.