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Érase una vez un mundo casi imperfecto...

El verano

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Querida maestra:

¿Cómo está? Yo estoy muy bien, pero desde que se acabó el colegio han cambiado muchas cosas y es por eso que le escribo esta carta. Usted siempre me dice que soy muy responsable y como en septiembre no voy a volver al colegio (sí que iré al colegio, pero no al mismo porque nos vamos a vivir a otra ciudad) he decidido enviarle por correo la redacción que teníamos que hacer durante las vacaciones. De todos los títulos que podíamos elegir he preferido el de "El verano" porque siempre me ha gustado mucho el verano y además este ha sido muy diferente para mí y para mi familia. Esta es mi redacción:

A mí siempre me había gustado mucho el verano porque mi papá, mi mamá, mi hermanito y yo íbamos de viaje a algún sitio muy bonito y que estaba muy lejos. Tengo muchas fotos de los lugares que he visitado con mi familia, las que más me gustan son: mi hermanito y yo bebiendo agua de coco en una playa con palmeras y con la arena muy blanca; mi papá y yo mirando unas cascadas muy grandes que hay en América; un canguro saltando que vimos desde la ventana del coche en una isla muy grande que se llama Australia; y una que tengo con mi mamá bañándonos en un lago pequeñito que sacaba humo, creo que el país se llamaba Islandia. Lo pasamos muy bien.

Este año teníamos que ir a Disneylandia, nos hacía mucha ilusión así que cuando papá y mamá nos explicaron a Jacinto y a mí que no podríamos ir, nos pusimos a llorar. Primero fue papá quien intentó consolarnos, pero no entendíamos nada. Usaba palabras muy extrañas que yo alguna vez he oído en el telediario, pero que no sé qué significan. Cuando acabó mamá dijo: "Niños, vosotros sabéis que papá trabaja mucho."- nosotros dijimos que sí con la cabeza, y ella siguió- "Y también sabéis que papá gana mucho dinero."-lo mismo- "Vosotros sabéis qué es la crisis, ¿verdad?" -en ese momento los dos nos miramos, luego miramos a mamá y movimos la cabeza como para decir que no; mamá respiró profundamente y continuó- "Bueno, la crisis es que papá no trabajará tanto, ni ganará tanto dinero y nosotros tendremos que gastar menos dinero que hasta ahora. ¿Lo habéis entendido?"- yo dije que sí y mi hermanito que no. Mamá nos abrazó y ese día nos fuimos a dormir todos muy tristes.

En casa las cosas cambiaron. Papá no iba a trabajar y aunque por las mañanas pasaba muchas horas en el despacho, por la tarde jugaba con nosotros- creo que nunca habíamos jugado tanto con papá. Jasmine, la chica que ayudaba cada día a mamá a hacer la colada y la comida, se despidió de nosotros; lloraba mucho, creo que era porque ella tampoco iba a ir de vacaciones este verano. La echo de menos y mamá me ha prometido que algún día la invitaremos a comer.

Una noche cuando estábamos cenando sobras- no lo habíamos hecho nunca y la verdad es que se parece bastante a ir de tapas- papá y mamá nos explicaron que íbamos a pasar el mes de agosto en la casa que tienen nuestros abuelos en el campo. Nos pusimos muy contentos porque eso significaba que estaríamos con nuestros primos y con los tíos y con el abuelo y con la abuela (perdone maestra por haber escrito tantas "ys" ya sé que debo usar más comas, pero cuando recuerdo ese momento me pongo nerviosa de la emoción y las comas no me ayudan a transmitirle ese sentimiento).

El cortijo que mis abuelos tienen en Almería es un lugar muy bonito y estoy haciendo cosas muy divertidas. Duermo en una habitación muy grande con mis primos, somos seis -tres chicos y tres chicas-, hemos puesto muchos colchones en el suelo y dormimos sin cama. Primero pensé que sería muy incómodo, pero ahora me encanta. Por las noches contamos historias de miedo y a veces me cuesta un poco dormir, pero mi prima Ana es muy valiente y yo duermo a su lado.
Los mayores también se lo pasan muy bien, aunque mi tía María y mi papá siempre están discutiendo. Creo que es por esa cosa que se llama crisis y que yo todavía no acabo de entender. Sólo sé que desde que oí esa palabra hemos comprado menos cosas-pero eso a mí no me importa, porque ya tenía muchas- y papá juega más con nosotros. Los mayores son muy divertidos y usan palabras muy extrañas, me he apuntado unas cuantas para poderlas escribir en esta redacción. Las palabras son: inflación, consumo- a mi tía María le gusta acompañar esta palabra de otra que me pensaba que sólo era para personas: responsable-, inversión, sobreexplotación, capitalismo, culo de Europa- no sabía que los continentes tuvieran culo-, especulación y sostenibilidad.

Creo que estas son las mejores vacaciones de mi vida, aunque no podamos gastar tanto dinero como antes y aunque no haya podido ir a Disneylandia. Además mi primo Ramón-que es muy espabilado- ha construido con algunos trastos viejos que mi abuelo ya no usa un parque de atracciones muy bonito en el bosque. Lo llamamos Cortijolandia y todos los niños del pueblo vienen a jugar. Yo quería hacerles pagar entrada, pero mi prima Ana me habló de solidaridad y de otras cosas que tampoco entendí, pero esta tarde se las preguntaré a mi tía María que lo sabe todo.

Espero que usted también esté pasando un feliz verano.

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