Después de cuatro años al frente de Joventuts Musicals de Maó, Fèlix Ferrer abandonará el cargo el próximo 21 de enero, fecha en la que está previsto que se celebre la asamblea general ordinaria de la que tendrá que salir un nuevo equipo de trabajo. El todavía presidente hizo ayer pública su decisión de no seguir adelante y anunció que aunque los miembros de su junta están dispuestos a colaborar en la nueva etapa ninguno de ellos encabezará una candidatura. No obstante, Ferrer confía que en los dos meses que quedan por delante se presente alguna.
Ferrer hacía ayer una lectura positiva de los logros conseguidos durante su mandato. En ese sentido, recuerda que cuando llegó a la presidencia de la entidad cultural se encontraron «una asociación un poco parada». Explica que uno de los principales logros ha sido la actualización «en la manera de la gestión» y «el enfoque más moderno» en lo que se refiere a la relación tanto con los socios como con el público. Además, añade que a nivel personal ha sido «una experiencia interesante».
Joventuts Musicals cuenta actualmente con 106 socios, lo que significa 45 nuevas incorporaciones desde 2011. En el tema económico, las arcas están saneadas y, según Ferrer, con buenas perspectivas de cara al futuro una vez que se están empezando a recuperar algunas subvenciones. En lo que se refiere al trabajo realizado durante los últimos años, la junta saliente pone el acento, además de en el Festival de Música de Maó, en la recuperación del uso de la Sala de Cultura de Sa Nostra, el inicio del proceso de independencia de la OCIM y las iniciativas de corte social y educativo, como el Projecte 4 Cordes. Recuerdan desde la entidad que también se ha potenciado la relación con otras entidades, como Fra Roger, la Fundación Reynolds, el Ateneu Ferrierenc, la Agrupació Musical de Ciutadella, la Escola s'Ensenyaments Artístics de Sant Lluís o la Capella Davídica.