«Es como si alguien que adora a Spielberg pudiera pasar una semana con el director aprendiendo todo de él, y disfrutar de agradables veladas hablando de cine con otros 15 locos por el cine. Tomar un café con él por la mañana y brindar por la noche. Pues bien, nosotros traemos a Menorca a los ?Spielberg? de la pintura». Así responde el pintor menorquín Carles Gomila cuando se le pregunta por la esencia de ese proyecto llamado Menorca Pulsar que puso en marcha hace tres años junto a otro artista residente en la Isla, Jorge Fernández Alday.
Tres años y cinco ediciones después, ambos sostienen que las expectativas iniciales estaban a «años luz de lo ocurrido». La idea era «conformarse» con traer artistas del más alto nivel posible a la Isla, «algo así como nuestro dream team, pero las cosas se nos han ido de las manos considerablemente», dice Gomila. Y es que la propia inercia del proyecto, que recientemente acaba de cerrar una nueva oferta de talleres, ha llevado a Pulsar Menorca a formar con éxito una comunidad internacional de artistas que ven Menorca como punto de encuentro.