A Salvador Sobral se lo reconoce fácilmente por ser el artista que más puntuación ha obtenido en la historia del programa Eurovisión. Millones de espectadores aclamaron el tema Amar Pelos Dois, que hoy ya es una de les canciones más escuchadas en todo el mundo. Pero esperamos recordarlo por tantas otras virtudes después de su paso por el festival Pedra Viva de Menorca, dónde presentará 'París, Texas', el segundo disco de música de autor.
El artista portugués actuará este miércoles en las canteras Lithica a partir de las 20 horas.
Su nuevo trabajo es un viaje sin salida ni llegada que pretende unir las dos ciudades entre las que se ha gestado. Pero no es sólo eso. Al igual que el nombre, la portada también es un homenaje al clásico de Wim Wenders, 'Paris, Texas'.
Sobral comenzó a actuar en Portugal con varios de los grandes nombres del jazz portugués, y de estos encuentros nació su primer disco: Excuse Me (2016). Un año después, es invitado por su hermana Luisa Sobral para interpretar una canción en el Festival de la Canción de Portugal: Amar Pelos Dois, con la que ganó el Festival de Eurovisión de 2017 con la mejor puntuación de la historia en el certamen, y hoy es una de las canciones más escuchadas en todo el mundo. Aclamado de forma unánime por la prensa general y especializada de todo el mundo, Salvador Sobral presentó en 2018 una intensa gira de más de 30 conciertos completamente agotados en Portugal, España, Estonia, Letonia y Lituania. 2019 es el año del nuevo disco, con el que ya ha confirmado el compromiso de varias giras por países de todo el mundo.
A Sobral le divierte profundamente esto de cantar encima de un escenario profesional. La calidad de sus conciertos es directamente proporcional a su actitud de bon vivant. Y es esta positura desinhibida que convierte su puesta en escena en una experiencia paradoxalmente emotiva y festiva.
Tan paradoxal como el binomio Eurovisió-Pedra Viva, que no deja de sorprender a aquellos que conocen el corte poético del festival. Una apuesta, que se inspira en la manera como Salvador irrumpió dentro del certamen internacional: como el caballo de Troya, con una canción fina y nada eurovisiva.