Como tantos otros proyectos creativos de los últimos tiempos, el de Blai Barber también comenzó a tomar forma durante el confinamiento. «Cada abril» es la primera muestra de la carrera en solitario de este artista menorquín a quien el mundo de la música no le es en absoluto ajeno. De pequeño estudió solfeo en la Escuela de Música de Alaior; luego se pasó a la guitarra para después interesarse por el cante. Así fue como se incorporó a agrupaciones como Som Gospel o Moments a Cor, formación esta última donde conoció a Eduard Florit, quien se ha encargado de la producción de su primer single.
«Cada abril» surge en un momento de aislamiento, «de falta de contacto», relata Barber, quien en la canción habla de su abuela, Amapola, a la que no llegó a conocer. «Hablo de lo que podría haber sido tener alguien con quien compartir momentos; ella también cantaba; la música nos podría haber unido o incluso nos une ahora», relata el artista.
Barber tiene en la carpeta un buen número de canciones y maquetas, pero quería que «Cada abril» fuese el primer paso al frente, «una canción sencilla, honesta, muy góspel, con piano y voz». Y eso no significa que su música vaya a transcurrir por esa senda en el futuro: «Me gustaría experimentar mucho más con otros sonidos, con cosas más actuales. Voy a intentar hacer algo nuevo, algo que no haya hecho hasta ahora, algo más personal».
Una vía en la que pretende seguir explorando mientras que el otro proyecto del que forma parte, la popular banda Black Pearl, sigue tomándose un descanso como consecuencia de la pandemia pero con la vista puesta en el regreso. Un proyecto que le sirve de contrapunto: «Black Pearl es energía y puro movimiento. En solitario estoy buscando mi estilo, que es más introspectivo».