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Un paseo por el Parc Arqueològic de Rafal Rubí

El yacimiento acaba de abrir sus puertas a las visitas con un nuevo proyecto de recorrido interpretativo, que gira en torno a sus dos navetas, un hipogeo y la fuente de la finca

Las navetas son el principal atractivo arqueológico del parque cultural que acaba de abrir sus puertas. | Josep Bagur Gomila

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Tras cuatro año de tramitaciones, el Parc Arquelògic de Rafal Rubí ya es una realidad. El yacimiento, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), estaba abierto a las visitas libres, pero desde la pasada semana se puede disfrutar de sus elementos a través de un recorrido interpretativo.

Los gestores del espacio ofrecen ahora una visita a través de un itinerario señalizado, se han editado folletos informativos en cuatro idiomas y se han instalado paneles ilustrativos diseñados por la menorquina Marina Pons. Todo ello con el objetivo de hacer de la visita una experiencia diferente. «No queremos que la gente vea solo piedras, sino que sepan por qué están colocadas así y para qué servían», resume el historiador Rafel Durán, representante de la empresa que gestiona el espacio, Menorca Natura Turisme i Cultura, entidad que ha puesto en marcha el proyecto con la colaboración de los propietarios de la finca, la SRM Rafal Rubí.

Un enfoque pedagógico que sirve para explicar la vida de nuestros antepasados, cómo vivían, cómo eran sus enterramientos y cómo construían las navetas. El parque cuenta con la particularidad de ser el único yacimiento de Menorca donde se pueden encontrar dos navetas. Puntos centrales de una ruta que tiene otros dos elementos clave en su recorrido, como son como un hipogeo y la fuente, estructura esta última que de alguna manera explica por qué esa ubicación fue elegida para un asentamiento.

La nueva infraestructura está dotada de una caseta de control en su acceso, un persona que se encarga de la atención al público y un espacio para la venta de regalos y bebidas. También se han habilitado dos zonas de aparcamiento, una para dos autobuses y otra con cabida para unos 20 vehículos.

El precio de entrada es de 3 euros (también hay tarifas reducidas) y el horario de visita es de martes a domingo de 10.30 a 13.30 horas y de 17.30 a 20.30 horas. El calendario dependerá de la evolución de la crisis sanitaria, pero la idea es que el parque abra en el futuro de junio a octubre. Para la próxima temporada está previsto incluir el servicio de audioguía.

La inversión realizada ronda los 30.000 euros, operación compartida por propietarios y gestores, que han recibido una subvención del Fogaiba y el Consell insular ha participado también a través del Plan de Rescate Cultural. Por su parte, el Ayuntamiento de Alaior se ha ofrecido para colaborar en la promoción del espacio incluyendo el parque entre sus rutas.

«Creemos que es un proyecto a largo plazo, una carrera de fondo», señala Durán sobre un espacio para el que reclaman que se busque una solución de «acceso seguro y práctico» desde la carretera general.

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