Confiesa el sacerdote J. Bosco Faner (Ciutadella, 1947) que siempre ha tenido dentro de él un pensamiento, y es que «un cura no puede quedarse encerrado en su propia parroquia, sino que debe usar los medios de comunicación que tiene a su alcance» para poder hacer llegar su mensaje. Y es por ello que, desde muy joven, ha practicado mucho, y a través de diferentes medios, el arte de la escritura. Una actividad que se ha traducido en la reciente edición del libro «La bellesa de l'amor» (Editorial Granada Club Selección, 2022), que lleva por subtítulo «Noces d'or Sacerdotals, 1972-2022».
Bosco Faner ha abordado la escritura desde distintos géneros. En su bibliografía figuran títulos de historia, novelas históricas, libros de contenido espiritual y poesía. En total se pueden contar hasta 23 referencias, cinco de ellas, como la que ahora ve la luz, en las que el protagonismo recae sobre la poesía. «La bellesa de l'amor» no es un libro autobiográfico al uso en sí, sino más bien una recopilación de composiciones a las que ha ido dando vida a lo largo de las últimas cuatro décadas.
Explica el autor que en las 147 páginas que tiene el libro se han impreso cerca de 60 poemas, ninguno de ellos publicado con anterioridad, que ha dedicado a diferentes personas, muchos amigos, familiares, matrimonios que han cumplido aniversarios, grupos parroquiales o entidades como Caritas. «Cuentan experiencias propias en las diversas parroquias en las que he estado», resume el sacerdote.
Estamos hablando de una forma de celebrar el cumplimiento del 50 aniversario de su ordenación a través de un conjunto de obras. Algunas de ellas, las más antiguas, se remontan a 1982, y las más recientes apenas cuentan con unos meses de historia. «Es mi vida sacerdotal explicada en forma de poemas en varios niveles de mi propia vida», sostiene.
Cuando se pregunta al autor dónde reside la verdadera belleza del amor, lo resume de la siguiente manera: «Reside en cuando una persona tiene plena conciencia de que su vida deber ser útil a otros». Habla en esencia de asumir «compromisos cordiales» y ahonda en la idea de que «lo mejor para ser feliz es intentar ser útil y servir a los demás».
El escritor defiende un planteamiento como motor. «La belleza del amor está en la entrega cordial, apasionada en bien de otros. Todos aquellos que intentan hacer cierto servicio en favor de otros y lo hacen con mucha cordialidad y mucha pasión, eso crea belleza y se nota».
Se puede decir que Bosco Faner lleva prácticamente toda la vida escribiendo. Lo ha hecho en las páginas de este periódico, también en diferentes revistas de la Isla y a diario comparte sus reflexiones en un perfil de Facebook que ronda los 5.000 seguidores. Y volviendo a la idea inicial, insiste: «No puedo quedarme encerrado en la parroquia, debo usar los medios de los que dispongo para poder evangelizar. Tengo que ser una cierta voz pública de todo lo que tengo almacenado con convicción en mi propio interior».
En definitiva, defiende el autor menorquín que la poesía es sin duda una buena manera de llegar al corazón de la gente.Aunque es consciente de que no todo el mundo conecta con un género como ese. «Cuando sientes algo muy dentro, que es lo que me pasa a mí, pretendo expresarlo poéticamente. Cuando escribes poesía intentas decir lo más hondo que hay en ti con pocas palabras. Con frases simbólicas, con contenido y estética».
Escritor que cultiva diferentes géneros, no esconde su pasión por la poesía, también en su vertiente más espiritual. «Lo que pretendo es explicar mi mundo interior y mi propia espiritualidad», concluye cuando habla de una obra en la que conviven cerca de cincuenta años de experiencias y testimonios muy relacionados con las decenas de personas que de alguna forma son también una parte importante de su último libro.