El pasado miércoles, el artista menorquín Simón Orfila se subió de nuevo al escenario del Teatro Real. Un espacio que el cantante de Alaior viene pisando desde hace ya más de 20 años y al que reconoce «siempre es un placer» regresar, más en los últimos tiempos que se ha convertido «en un referente a nivel mundial», asegura.
Una visita que es más especial si cabe, ya que tiene como motivo la inauguración de la temporada lírica 2022-2023 del emblemático espacio cultural de la capital, y con una ópera tan famosa como «Aida». Una elección que supone un guiño a una de las piezas con las que el teatro reinauguró sus instalaciones hace ahora 25 años.
«Trabajar en esta producción es un privilegio porque se trata de un montaje espectacular», reconocía este jueves desde Madrid. Una propuesta que reúne hasta 300 personas en escena. «Hugo de Ana es un grandísimo director de escena, figurinista y director de actores; es un placer trabajar con él y recibir sus consejos», reconoce Orfila.
El artista de Alaior da vida sobre el escenario a Ramfis. Personaje de la obra de Giuseppe Verdi que con la voz de bajo volverá a abordar en otras cuatro funciones: el próximo domingo y los días 4, 10 y 13 de noviembre. Según explican desde el Real, Hugo de Ana opta por una producción de fuerte poder simbólico, dominada por una colosal pirámide que sugiere la magnificencia del poder político y religioso y también el triángulo amoroso que vertebra el drama, contrapuesta a paisajes desérticos que enfatizan la profunda soledad de los personajes, que se debaten entre sentimientos, dudas y contradicciones.
Justo el día después de la última función de «Aida», el menorquín se desplazará a Oviedo para ensayar y cantar «Hamlet» en el Teatro Campoamor hasta el 20 de diciembre. El 23 de ese mismo mes participará en la Gran Gala Lírica de Nadal en el Teatre des Born de Ciutadella y el 7 de enero cantará en el concierto de Año Nuevo en el Auditorio Nacional de Madrid.