El pasado martes, con motivo de la celebración del Día Mundial del Urbanismo, el Museu de Menorca hizo público a través de las redes sociales un vídeo en el que se hacía eco de los actos vandálicos que ha sufrido el edificio histórico. En el mensaje aparecían varios grafitis, el último de los cuales se realizó el pasado agosto, según explica la directora del centro cultural, Carolina Desel.
El incivismo, relata, ha obligado en los últimos tiempos a cerrar el acceso a zonas antes abiertas del recinto para salvaguardar la integridad de un edificio que está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC). Algunos de los destrozos reflejados en el vídeo ya han sido reparados y en su día se notificó la existencia de los mismos a las autoridades y la administración.
Desde el Museu recuerdan que al tratarse de un BIC, las tareas de limpieza no son sencillas por la protección del edificio, razón por la que no se puede utilizar maquinaria industrial habitual ni tampoco pulir ni tapar con otros productos. Actuaciones como las que se precisan requieren del trabajo de personal cualificado, como conservadores y restauradores de patrimonio, lo que conlleva «un alto coste para la administración», advierten. En ese sentido, recuerdan que «el patrimonio es de todos y hay que conservar limpios» los edificios que compartimos como ciudadanos, «algo que es básico para una vida más saludable».