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La escuela de arte Creae cierra trece años después

La academia que los artistas y profesores Virginia Torrego y Jorge Fernández Alday fundaron en Maó en 2010 finaliza su actividad con el agradecimiento de sus promotores

Jorge Fernández y Virginia Torrego, antes de cerrar la escuela de arte en Es Padronet | Creae

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La madrileña Virginia Torrego y el bilbaíno Jorge Fernández Alday aterrizaron en Menorca un mes de febrero de hace trece años para disfrutar de una estancia como obsequio del cumpleaños de ella. En pleno invierno recorrieron la Isla, de la que quedaron cautivados y, después del viaje de regreso a Madrid, decidieron volver y montar una escuela de arte por la que han pasado cientos de personas, niños y adultos. Este mes de junio han cerrado Creae Espacio Creativo para iniciar nuevos proyecto fuera de la Isla.

«Desde el primer momento fue un flechazo, tal como le contamos, y en el viaje de vuelta a Madrid decidimos que veníamos a vivir aquí, dejamos toda nuestra vida, nuestra escuela de arte en Madrid que funcionaba perfectamente. Nuestro paso por aquí fue en invierno, con tramontana, lloviendo y frío, pero nos dio igual, no sé qué tenéis aquí que la Isla nos atrapó absolutamente. Así que cerramos allí cosillas y nos vinimos a vivir a Menorca, no nos lo pensamos ni dos veces», aseguran Virginia Torrego y Jorge Fernández.

Un local en la céntrica Plaça des Padronet, en Maó, fue el lugar escogido por Torrego y Fernández para abrir una escuela de arte para estudiantes a partir de los 7 años y formada por grupos. Ella, licenciada en Restauración de Arte y Patrimonio e Historia de Arte, se ha encargado de dar las clases a los niños y jóvenes hasta los 18 años, mientras que su pareja, pintor, ha dado las clases para adultos. En 2018, ocho años después de su apertura, la escuela contaba con más de sesenta alumnos. «No solo hemos sido absolutamente admitidos en la Isla como personas, sino aplaudidos él como artista, como pintor, yo también, la escuela abrió el 2010 y siempre ha funcionado bien, los primeros años fueron los más duros, el pueblo menorquín es al principio un poco receloso, a ver si haces bien las cosas, tienes que trabajártelo y que demostrar que eres válido, lo entendemos y está bien que sea así», aseguran.

Durante todo este tiempo Creae ha ofertado de forma permanente clases muy programadas de arte, dibujo y pintura en todas sus disciplinas, escultura, cerámica y cualquier disciplina relacionada con ello dentro de todas las técnicas y estilos. También ha organizado actividades fuera del curso, además de los Encuentros con Artistas mensuales, que han permitido a los alumnos charlar y compartir momentos con artistas destacados. «La escuela ha cerrado y los talleres estaban completos, adultos, juveniles y niños. Cada mes asistían entre 70 y 80 personas. Y luego cuentas todos los veranos, Sem­ana Santa, los cursos que hemos hecho, los casales y no te imaginas toda la gente que ha pasado por esta escuela, y luego están los fijos a los que hemos visto crecer», señalan.

La fidelidad de los alumnos queda perfectamente reflejada cuando después del confinamiento decretado por el Gobierno a raíz de la pandemia de la covid-19 todos ellos volvieron a clase. «Aquí vinieron todos con mascarilla, no falló ni uno. Hay alumnos que vinieron el primer año y han estado hasta el último momento, han sido incondicionales. Ha sido una pequeña gran familia que hemos formado en la escuela. Nos vamos muy satisfechos y también muy agradecidos», subrayan.

El apunte

«Haber pasado unos años en esta isla ha sido mágico, absolutamente un privilegio»

Cuando Virginia Torrado y Jorge Hernández decidieron iniciar una nueva etapa de su vida en la Isla, dejaron atrás su escuela de arte en Madrid y el estilo de vida de una gran ciudad, «nosotros veníamos de la vorágine de la capital, vivíamos en Atocha enfrente del Museo Reina Sofía. Menudo cambio que hicimos y menudo agradecimiento por estos casi 14 años maravillosos en esta isla», aseguran.

Dicen sentirse unos menorquines más y en vez de un «adiós» prefieren decir «hasta luego». «Recalar en esta isla es el sueño dorado de cualquier persona, haber pasado unos años aquí ha sido mágico, absolutamente un privilegio».

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