De dónde surge la chispa de una creación literaria y cómo se afronta el proceso creativo. De qué forma hay que manejar a los personajes protagonistas para que tomen las riendas o qué llega primero, el título o la novela en sí. Esas fueron algunas de las cuestiones que se trataron durante una tertulia celebrada este jueves en Ciutadella ante 250 alumnos de primero de Bachillerato de los institutos Maria Àngels Cardona y Josep Maria Quadrado, centro este último que acogió el evento en su salón de actos.
Un encuentro moderado por el editor del MENORCA, Josep Pons Fraga, el encargado de introducir a los tres ponentes escogidos para la ocasión. Por un lado, la voz de la experiencia a través de la figura de uno de los autores clave en la literatura menorquina, Pau Faner; junto a las nuevas voces literarias que se abren paso, como el joven Enric Pérez Massanet, ganador del Illa de Menorca para menores de 25 años en 2023; e Iosune Arriarán, una autora con varias presencias en el palmarés de los premios otorgados por «Es Diari», tanto en poesía como en narrativa.
Fue esta última la encargada de abrir el turno de intervenciones para explicar su relación con el mundo literario. Habló de su pasión por la lectura desde bien joven, aunque reconoció que se introdujo en la escritura mucho más tarde. «Me faltaban herramientas. Estudié en castellano, pero pensaba en catalán. Fue tras pasar por la Escuela de Adultos cuando empecé a escribir, primero poemas y luego relatos», explicó. Preguntada sobre si hay que estar enamorada para escribir poesía, respondió que «hay que estar enamorada de la vida».
Pérez Massanet confesó que creía tener «cierta facilidad» para la escritura, pero reconoció también que en su caso pasó a la acción para «subir nota». ¿Por qué sigue escribiendo? «Es como jugar a ser un creador de todo, del mundo, de los personajes, su entorno y sus pensamientos», un proceso que conduce a un punto «en el que los protagonistas que querías controlar acaban tomando vida propia, y dejas de ser un creador para ser un espectador». Un autor de una generación nueva a quien no le cuesta reconocer «que para aprender a escribir me han servido más las películas que las novelas».
Otros tiempos eran cuando Pau Faner comenzaba a escribir, con 16 años, sus primeras historias. Se confesó como «un mal alumno», que estudiaba poco y que hizo «el bachiller que sentía». Eso sí, leía mucho, sobre todo libros de aventuras. En un tiempo en el que «te ablandaban los sesos a base de golpes», recibió el encargo de una redacción, y la suya fue la que más gustó al profesor: «El Faner es el que más fantasía tiene», dijo. Así comenzó una carrera literaria que sigue en marcha. «La vida es corta y pasa deprisa, y hay que aprovechar para hacer las cosas que te gustan», reconoció Faner, quien aconsejó a los estudiantes a tomar las riendas de su vida para cumplir con sus verdaderos objetivos.