El monumento al mundo del artista Rafael Trénor

Rafael Trénor (Valencia, 1946) lleva décadas vinculado a Menorca, tierra en la que habita la maqueta de una de sus obras más populares, «La Esfera Armilar». Un proyecto escultórico que ganó la competición internacional para la Expo ‘92 de Sevilla, pero no llegó a ejecutarse. Sin embargo, resulta posible imaginarse lo que podría haber sido gracias a esa semilla que reside actualmente en el Llatzaret.

Mientras trabajaba en esa pieza, en su casa de Sant Climent en 1988, tuvo «una visión», rememora, en la que imaginó el que sin duda es el proyecto artístico más ambicioso de su dilatada carrera, pero su concentración en «La Esfera Armilar» no le dejó trabajar en él hasta dos años después. Se trata de una obra bautizada como «El alma del mundo», una escultura global compuesta por una esfera (el planeta Tierra) y ocho vértices —pirámides (triedros)— ubicados en cada una de las esquinas de un cubo teórico inscrito en la Tierra.

Intervención aún en proceso, y que ahora vuelve a estar de actualidad porque es objeto de un documental. Un tema que ha despertado el interés del realizador norteamericano Zac Adams Slater, que recientemente se desplazó desde California con su equipo a la Isla para avanzar en la producción un documental que está codirigiendo con el menorquín Pep Salvador. Aquí se han rodado tomas y entrevistas en localizaciones como canteras, monumentos talayóticos, acantilados y, por su puesto, en el Llatzaret. La producción está centrada principalmente en «El alma del mundo», pero en realidad también aborda otros trabajos del artista, lo que justifica la presencia de Menorca en el relato.

La escultura en cuestión es «un monumento al mundo, al mundo entendido como patria común de todos los seres vivos y como ser vivo en sí mismo, cuya alma se manifiesta sutilmente a través de la    naturaleza». Así lo explica Trénor en una pieza audiovisual en YouTube, en la que no esconde que «El alma del mundo» es «probablemente la escultura más grande del planeta, puesto que lo incluye necesariamente por entero». Pero también reconoce que, igualmente, es «una miniatura a escala infinitesimal, dada la inmensa dimensión del mundo universal que habitamos».

Relata Trénor que el monumento en cuestión está formado por los dos cuerpos fundamentales de la geometría, la esfera y el cubo. Es decir, la esfera del planeta Tierra y un cubo enorme supuestamente inscrito en su interior.Elementos que representan una dualidad, la del cielo y la tierra, lo masculino y lo femenino o la noche y el día, por poner algún un ejemplo, tal y como explica el artista en el audiovisual colgado en YouTube.

El proyecto comenzó a coger forma cuando exploró las posibilidades que había de que los vértices emergieran de la Tierra. Y la combinación que resultó está formada por los siguientes lugares. La Islas Cocos, que hoy pertenece a Australia y su antípoda, la Isla del Maíz en Nicaragua. El desierto de Kalahari, Botswana y la isla de Molokai en Hawai. Tierra del Fuego en Argentina y República Buriatia en Siberia, Galicia y su antípoda la Isla Sur de Nueva Zelanda. Es decir, un vértice en cada uno de los tres océanos y en cada uno de los cinco continentes que forman la piel del planeta.

Próxima parada: Galicia

Las pirámides ya están instaladas en todos los puntos menos en Galicia, donde el equipo de producción se desplazará junto a Trénor para seguir avanzando en el rodaje del documental a principios del mes de julio. El lugar exacto no se puede desvelar aún, pero el escultor ya avanza que será uno de los más importantes de todo el conjunto, donde a modo de museo reflejará la historia del todo el proyecto.

En esencia, estamos hablando de un monumento al mundo, que «nació a la sombra de ‘La Esfera Armilar’», recuerda Trénor, y que viene a representar la unidad de la Tierra a través de su diversidad. Un mensaje que está tomando forma a través del lenguaje audiovisual en un trabajo aún si título definido pero que apunta a «The Soul of the World, by Rafael Trénor».