Dos exposiciones que, en el fondo, son solamente una. Lleva por título «Capcims i Caus» y sus obras se reparten entre el Espai Xec Coll y el Espai Sant Josep, ambos en Ciutadella, separados por apenas un centenar de metros. Dos montajes que giran en torno a un tema recurrente en la trayectoria de Francesc Florit Nin, la cabeza humana.
Como él mismo explica en el texto de bienvenida de la muestra, el capcim se refiere a la parte superior de un elemento que sirve para coronarlo; mientras que el cau es un término que entre sus diferentes acepciones figura la de refugio o taller de un artista. Definiciones que, en palabras del artista, se pueden ligar también a la cabeza de una persona desde diferentes perspectivas.
En definitiva, se trata un montaje que en su conjunto invita a reflexionar en torno a distintas dualidades, como el interior y el exterior o el pensamiento y la creación, por ejemplo. El inusual formato de la propuesta, entre dos escenarios, ha sido fruto de la casualidad. Florit Nin había solicitado poder exponer en los lugares y la repuesta fue positiva en ambos casos para las mismas fechas. Al atesorar en su estudio un gran volumen de obra, consideró que era una buena ocasión para mostrarla. «Todos los artistas crean para los demás, es triste que la obra se quede en casa», reflexiona.
La cabeza sigue siendo capital en su producción artística, pero con algunos matices. Confiesa que ha pasado de un dibujo «más o menos realista y figurativo» a unas obras que en los últimos tiempos resultan «más abstractas y gestuales». «He pasado de considerar las caras como emblemas de las personas, en sentido genérico, a una pintura mucho más formal», añade. Otro de los cambios más notables en la evolución de la obra del artista de Ciutadella es la de abandonar los tonos grises para abordar el color de una forma más intensa.
Al igual que en ámbitos como por ejemplo la música o la ciencia, las creaciones de Florit Nin se rigen también el denominado principio de variación. Va introduciendo cambios sobre un concepto concreto para desarrollar su obra provocando una evolución. Una senda que se puede apreciar perfectamente tras la visita a las dos salas, en las que conviven obras de otra época, algunas de ellas retocadas para la ocasión, junto a piezas firmadas este mismo año.
Si el resultado cambia, lo que no varía es el proceso creativo. Y es que Florit Nin figura entre esos artistas que defienden aquello de que «las ideas estropean las pinturas». Él trabaja sobre las formas, los colores y trata de que «el pensamiento no altere lo que es en sí, que es jugar con los elementos». Después «uno puede pensar, divagar o filosofar... Haces algo y ello te puede remitir a muchas cosas».
La escritura es otra de las disciplinas en las que se prodiga el artista menorquín, que acostumbra a redactar un diario en el que apunta las reflexiones sobre su obra plástica y se plantea diferentes preguntas sobre la labor que desarrolla. Es precisamente de esa actividad, y de esos textos, de donde surgen sus poemas. Trabajos que también forman parte de la exposición a través del libro de artista «Cau», con versos que acompañan a los 12 grabados que exhibe en el Espai Xec Coll. En esa sala también muestra una colección formada por una docena de telas.
El Espai Sant Josep está reservado para profundizar en el concepto de capcim, que podría traducirse al castellano como ‘remate’. Un lugar en el que se puede contemplar la obra más grande toda la colección, titulada «El nou designi de Jonàs», una pieza en la que aflora una temática que, según el explica el artista, tiene que ver con la urgencia climática y la crisis medioambiental con una ballena como emblema en el interior de una cabeza.
«Capcims i caus». En la Sala Espai Sant Josep y el Espai Xec Coll de Ciutadella hasta el 27 de agosto.
La verdad es que no me gusta, a todo le llaman artista